El escenario no podía ser más simbólico para socializar la nueva política de drogas: El Tambo, en el departamento del Cauca, concentra a miles de campesinos que viven de cultivar hoja de coca, en una región que es epicentro del conflicto armado agudizado por el narcotráfico.

Hasta ese municipio llegaron este martes más de 3.000 cocaleros del Cauca, pero también de Norte de Santander y Putumayo, zonas donde la economía de la coca es la principal forma de vida de miles de campesinos. Allá llegó también el presidente Gustavo Petro para presentarles su nueva política de drogas llamada ‘Sembrando vida desterramos el narcotráfico’, que se trabajó durante un año en 27 territorios con muchas de esas comunidades, al tiempo que en sus territorios se vivía una crisis de la coca, con falta de compradores, por causas sobre las cuales no hay un consenso.

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