Pocos tipos de cáncer exhiben una relación tan estrecha entre hábito y enfermedad. Uno de ellos es el cáncer de pulmón y el nocivo hábito de fumar que, por desgracia, muchas veces alcanza también a los fumadores pasivos. Sobre esta neoplasia, una de las de peor pronóstico, conversamos con el Dr. Luis Pinillos Ashton , oncólogo.
Cada cierto tiempo hacen noticia las millonarias demandas entabladas contra las grandes tabacaleras. De estas demandas no se libran los fabricantes de cigarrillos light pues se sabe que son igualmente nocivos. La tabacalera Philip Morris, por ejemplo, tendrá que pagar US$150 millones en daños, por orden de un jurado estadounidense, tras concluir que los cigarrillos de bajo contenido de alquitrán son tan peligrosos como los comunes y corrientes.
La demanda ha sido entablada por los herederos de Michele Schwarz, quien murió de cáncer de pulmón tras fumar cigarrillos light.
Sobre los devastadores efectos de los compuestos del cigarro y su relación con el cáncer de pulmón, nos habla el Dr. Pinillos.
¿Qué origina el cáncer de pulmón?
El cáncer de pulmón se produce por mutaciones genéticas en alguna célula del pulmón. Esta mutación altera su normal comportamiento haciendo que la célula se reproduzca sin control. Si no se extirpa quirúrgicamente las células cancerosas invaden los vasos sanguíneos y nódulos linfáticos cercanos ramificándose hacia otros órganos. Es lo que se conoce como metástasis.
¿Cuál es su indicencia?
En la mujer ocupa el cuarto lugar de incidencia luego del cáncer de mamas, cuello uterino y estómago. En el varón ocupa el tercer lugar luego del de estómago y próstata.
¿Es hereditario?
Afortunadamente no es un cáncer hereditario como sí lo es el cáncer de mama o colon. Todos los estudios sobre el tema demuestran que el tabaco es un de los principales responsables del cáncer de pulmón. Casi el 90 por ciento de los pacientes con cáncer de pulmón es fumador. Es difícil pensar que la genética está relacionada con esta enfermedad.
¿Cuán dañino es el cigarrillo para el ser humano?
El humo del cigarro contiene más de cinco mil sustancias letales. Entre las más dañinas destacan tres: la nicotina, el monóxido de carbono y el alquitrán, elementos que pasan fácilmente a los fluidos corporales y son absorbidos por los tejidos. Con cada inhalación del cigarro partículas microscópicas de estas sustancias quedan atrapadas dentro del moco del árbol bronquial. Estas sustancias, además, anulan el efecto protector de los cilios (eficaz mecanismo de defensa de los pulmones muy similar a los pelillos de la nariz).
Cuando las paredes del pulmón están cubiertas por sustancias nocivas dan lugar a un cuadro de irritación crónica que con el tiempo puede degenerar en un cáncer de pulmón. Cuando ello ocurre el tejido pulmonar pierde su elasticidad y la función respiratoria se ve seriamente comprometida.