Redacción-

El texto que viene a continuación, es una traducción y resumen de un artículo publicado en Los Angeles Times bajo el título “People think drug use causes homelessness. It’s usually the other way around”, La gente cree que el uso de drogas causa la falta de vivienda. Generalmente, es al revés. Escrito por Ryan D. Assaf y publicado el 4 de octubre de 2023.

La creencia común es que el abuso de sustancias es una causa principal de la falta de vivienda. Sin embargo, un reciente estudio estatal en California refuta este mito, arrojando luz sobre la verdadera relación entre el uso de drogas y la falta de vivienda.

Este estudio, que incluyó a más de 3,200 adultos, es la muestra más grande y representativa de personas sin hogar desde la década de 1990. Sus hallazgos son sorprendentes: el 50% de las personas sin hogar no han consumido drogas, como metanfetaminas, cocaína, crack o opioides sin prescripción, en los últimos seis meses. Esto desafía la percepción popular que relaciona el sinhogarismo al consumo de drogas.

Aunque el uso de drogas es más bajo en la población con vivienda en California, la realidad es que no todos los sin hogar son consumidores activos de drogas. Entre aquellos que han utilizado drogas en los últimos seis meses, se encontró que el 40% comenzó a hacerlo después de quedarse sin hogar. Esto indica que el entorno de la falta de vivienda puede fomentar el inicio o el aumento del uso de drogas como un mecanismo de afrontamiento.

El estudio también revela que el uso de drogas está relacionado con la duración de la falta de vivienda y la gravedad de las condiciones de vida. Aquellos que pasan la mayoría de sus noches sin refugio en lugares no diseñados para habitar, como calles, tiendas de campaña o vehículos, tienen tasas más altas de uso de metanfetaminas y opioides. Esto sugiere que el uso de drogas puede estar relacionado con la necesidad de mantenerse alerta para protegerse a sí mismos y sus pertenencias en entornos peligrosos.

Además, muchas personas informan que utilizan drogas para hacer frente a la depresión, la ansiedad y el trauma asociados a la falta de vivienda. Esto pone de manifiesto la complejidad de las razones detrás del uso de drogas en esta población vulnerable.

La criminalización y estigmatización del uso de drogas en la población sin hogar son desafíos significativos. La mayoría de los refugios y programas de vivienda exigen la abstinencia de drogas como requisito previo. Sin embargo, esta política no es viable para muchos, y aquellos que logran la abstinencia pueden recaer en el uso de drogas si siguen sin hogar y no pueden encontrar una vivienda estable.

En contraste, los programas de «vivienda primero» (Housing first) que priorizan la provisión de vivienda sin requerir la abstinencia de drogas han tenido éxito en varios lugares, incluyendo Houston, donde se ha logrado trasladar a miles de personas sin hogar a viviendas estables.

La falta de vivienda es un problema persistente en California, con 171,000 personas sin hogar el año pasado. Para abordar esta crisis de manera efectiva, se necesita un cambio en la forma en que se aborda el uso de drogas. En lugar de criminalizar y estigmatizar, se deben invertir recursos en programas de reducción de daños, como el intercambio de agujas, centros de prevención de sobredosis y medicamentos para revertir sobredosis. Estas estrategias pueden salvar vidas, reducir enfermedades infecciosas y conectar a las personas con servicios, incluso cuando siguen sin hogar.

En última instancia, independientemente del uso de drogas de un individuo, es crucial que los responsables de la formulación de políticas y los defensores se centren en proporcionar vivienda segura, estable y adecuada a las personas sin hogar. Solo a través de esta base se puede abordar de manera efectiva el uso de drogas y otras necesidades individuales de esta población vulnerable.

Leer el artículo completo en www.latimes.com