La heroína, la cocaína y el alcohol siguen provocando la mayoría de las adicciones en la provincia de Sevilla (un 89,7%), mientras el tabaco (2,56%) y el juego patológico (1,62%) ocupan la segunda y tercera posición, según la memoria de 2008 de la red provincial de drogodependencias y adicciones presentada por la Diputación de Sevilla.

La institución destacó ayer como dato llamativo el aumento en un 8,5% de jugadores patológicos que inician tratamiento: 294 personas, frente a las 271 que solicitaron ayuda en 2007 a la Asociación Sevillana de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Asejer), que asegura que las drogas y el alcohol van asociadas al juego. Los afectados, con una edad de 40 a 50 años y hombres en su gran mayoría (94%), caen en la adicción por problemas familiares y económicos.

Según Asejer, la cifra de personas que iniciaron tratamiento en 2006 fue muy similar a la del año siguiente y sólo en 2005, con 310 adictos al juego, se había producido un repunte importante. El tratamiento que proporciona esta entidad dura dos años y está subvencionado por la Administración para que no le cueste nada al afectado.

El presidente Fernando Rodríguez Villalobos explicó en rueda de prensa que los datos de 2008 reflejan una tendencia al alza de las adicciones motivadas por el desempleo, el estrés, el pesimismo y la frustración que genera la crisis económica, aunque será en la memoria de 2009 cuando se reflejen mejor si hay una relación directa de causa-efecto entre adicciones y el bajón económico. Los técnicos autores de la memoria aseguran que «se está viendo que personas que tenían una adicción controlada con dinero para consumir los fines de semana, ya no lo tienen y acuden a tratamientos o a robar».

Desde Asejer, la trabajadora social Pilar González aclaró a este periódico que la relación entre adicciones y crisis se verá más claramente dentro de varios años: «Las personas que empiezan a jugar por la crisis llegarán a nuestra asociación dentro de dos o tres años, ya que lo habitual es que desarrollen la adicción durante este tiempo e incluso vayan a su médico de cabecera antes de pedir ayuda a especialistas».

Si analizamos todas las adicciones en su conjunto, las personas que iniciaron tratamiento fueron 4.377, un 9% más que en el año anterior. De los afectados, los hombres representan el 86% y el 14% restante las mujeres. Dos tercios estrenaba adicción y el resto son readmisiones, es decir, que han recaído. Según la memoria elaborada por el área de Servicios Sociales que dirige Francisco Morales Zurita, la situación laboral de los afectados indica que la mayor parte está en paro (un 44%), otro 40% trabaja y el resto estudia, está incapacitado o realiza las labores del hogar. Los adictos más jóvenes (36 años de media) lo son al cánnabis, y los más mayores al alcohol y al tabaco.

La memoria revela un ligero descenso del consumo de heroína (4 puntos menos) y un ascenso de la adicción a cocaína y alcohol. Los problemas legales (sanciones administrativas, procesos y condenas) son una de las complicaciones asociadas a las personas que sufren adicciones: el 10% los había tenido antes de la adicción y el 44% cuando ya se había hecho adicto. El 60% de los casos tratados con heroína y rebujao destacan con este problema, seguido de la cocaína (43%) y el alcohol (34%).

En los centros de tratamiento ambulatorio repartidos por la provincia un total de 13.000 personas fueron atendidas. El tratamiento con metadona fue el más utilizado, por 5.876 personas. El presidente Rodríguez Villalobos explicó que la institución provincial aplica planes locales sobre drogas y adicciones en 22 ayuntamientos de la provincia, y que el objetivo es extenderlos a todos los territorios: Pedroso, Guillena, Castilleja de la Cuesta, Marchena y Osuna.