La mayoría de los jóvenes que consumen drogas y tiene una infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y por la hepatitis C (VHC) simultáneamente lleva más de 3 años consumiendo. Sólo las medidas tomadas al inicio de la adicción podrían evitar que los individuos se contagien y sufran ambos problemas.
Las coinfección el VIH y VHC es muy frecuente entre usuarios de drogas por vía de parenteral. Un 40% de los pacientes con infección VIH tienen también una infección por virus C, pero estas cifras se elevan hasta el 90% cuando se habla de personas que consumen drogas.
Padecer de ambas infecciones simultáneamente puede hacer que los problemas asociados a cada una de las enfermedades se vean aumentados: por un lado la progresión de la hepatitis es más rápida en los pacientes con VIH. Además, la medicación usada para el tratamiento del VIH puede dañar el hígado.
Otro problema relacionado con la coinfección es que en los últimos años se está viendo que la edad a la que los individuos adquieren ambas infecciones está disminuyendo, lo que indica que los jóvenes empiezan cada vez antes en las prácticas de riesgo que les hace adquirir ambas infecciones.
Desde 1996 en Vancouver, Canadá, se está realizando un seguimiento de individuos que consumen drogas por vía parenteral y acuden a una oficina situada en uno de los barrios más pobres de la ciudad. Desde ese año más de 1400 individuos residentes en la zona se han inscrito en la oficina y han sido seguidos cada 6 meses por el grupo de investigadores.
De los 1478 participantes, 479 tenían menos de 29 años y fueron incluidos en el estudio que ha sido publicado en el último número de la revista «Journal of Acquired Immune Deficiency Syndrome». Al inicio del estudio un 16% de los jovenes tenía ambas infecciones, un 53% tenían sólo una hepatitis C y un 3% sólo una infección VIH. Durante el seguimiento un 15% de los individuos adquirió ambas infecciones.
Ser mujer, la edad, el tiempo que se lleva consumiendo drogas por vía parenteral y vivir en la zona donde más drogas intravenosas se consumen, se asocia a más riesgo de tener ambas infecciones a de forma simultanea.
Los pacientes que tenían una infección y que adquirieron una segunda durante el seguimiento fueron sobre todo aquellos que compartían jeringuillas y que se administraban más de una dosis al día de cocaina por vía intravenosa. Por el contrario los que estuvieron más de 6 meses en un programa de metadona tenían menos posibilidades de aquirir una segunda infección.
El porcentaje de usuarios de drogas por vía parenteral coinfectados es alarmante y pone de manifiesto la necesidad de programas de prevención para evitar que dicho problema se extienda. Adquirir las dos infecciones tan precozmente está condicionando el futuro de estos individuos incluso en el caso de deshabituación.