El nuevo perfil del consumidor de drogas, que aparece como un joven «normal» que toma pastillas o cocaína los fines de semana sólo para divertirse, la accesibilidad y bajo precio de estas sustancias y la «baja percepción» del riesgo que ello conlleva ha hecho descender «cada vez a edades más tempranas» el inicio de estos hábitos, contra los que la Estrategia Nacional sobre Drogas y del Plan de Acción 2005-2008 debería activar programas de información «sin moralinas» para los adolescentes, iniciativas para «implicar» a los medios de comunicación y métodos para evaluar el valor de las iniciativas.

Estas son algunas de las conclusiones a las que ha llegado la Comisión Mixta para el Estudio del Problema de las Drogas tras estudiar el Informe de la Ponencia para el Estudio de los Efectos Nocivos de las Drogas en la Salud de los Jóvenes, en especial de sustancias como el cannabis, la cocaína y las drogas de diseño, un grupo creado en junio de 2005 a iniciativa del Grupo Parlamentario Catalán en el Senado para evaluar la situación actual del problema. Este acuerdo será expuesto hoy por la Comisión en el Senado.

En su acuerdo sobre el informe de la Ponencia, al que tuvo acceso Europa Press, la Comisión destaca que el consumo de drogas es «un problema que alcanza a toda la sociedad» y rechaza la «estigmatización» de los adolescentes españoles por esta causa. Como ejemplo citan la Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias 2004, que señala que la tasa de prevalencia de consumo de cocaína entre los estudiantes de 14 a 18 años de edad se situó «en algún momento de ese año», en unos 160.000 consumidores jóvenes frente a más de 2,1 millones de adolescentes no consumidores.

Reconoce que se ha producido «un cambio en los patrones de consumo, en las sustancias consumidas y en el perfil del consumidor» que ha desterrado la figura del «heroinómano» conflictivo y demacrado para «dejar paso» a la del adulto o joven trabajador, que estudia y que en principio, no presenta problemas de sociabilidad.

Asegura que esta «apariencia de normalidad», la unión de las drogas con la cultura del ocio, sobre todo en fin de semana, y una mayor accesibilidad a estas sustancias, cuyos precios siguen una «tendencia a la baja», ha propiciado un descenso de la percepción de riesgo «especialmente entre los más jóvenes».

Reconocen que en los últimos años, el inicio en el consumo de drogas ha sido «cada vez a edades más tempranas, sobretodo en el caso de las drogas más extendidas, así en el caso del tabaco es de 13,2 años, 13,7 años para el alcohol y 14,7 años para el cannabis», si bien es cierto que parece que se ha «estabilizado» el descenso de la edad de inicio.

Denuncian que «se ha banalizado» el consumo de algunas sustancias, en especial del cannabis, llegando a hacerse afirmaciones sobre sus efectos «totalmente alejadas de la realidad, pero en todo caso nunca se puede confundir a los adolescentes minimizando el riesgo de su uso, apoyándose en las aplicaciones terapéuticas de esta sustancia».

«Parece que los programas de ocio alternativo, la extensión de las políticas que contrarrestan estilos de vida de riesgo asociados a los consumos de droga no han llegado lo suficiente a nuestros adolescentes», asume la Comisión.

«MÁS Y MEJOR» INFORMACIÓN SOBRE LOS RIESGOS.

Entre las soluciones propuestas en el documento, destaca ofrecer «más y mejor» información a los jóvenes, en función de cada edad, sobre los peligros del consumo de drogas, «veraz, adecuada y basada en la evidencia científica», alejada «de cualquier moralina y del alarmismo inútil» y que les permita «tomar decisiones responsables».

«La Comisión recomienda que el Ministerio del Interior continúe y refuerce la línea iniciada con la puesta en marcha de los Planes Operativos en los entornos de los centros educativos y en los espacios de ocio, dirigidos contra el tráfico minorista y elconsumo en público de drogas ilegales, contribuyendo de esta manera a la disminución de la accesibilidad a las drogas percibida entre los adolescentes», señala en texto.

Destaca también que «los distintos tipos de familia» deben tener «un papel preventivo fundamental» en este problema, para lo que será necesario que las familias estén formadas e informadas. También se debe prevenir desde la escuela, con valores y las actitudes que permitan a los jóvenes «tomar decisiones de forma libre, consciente y responsable».

La atención a los problemas de salud ocasionados por el consumo de drogas «debe integrarse en el Sistema Nacional de Salud desde la prevención, asistencia, reducción de daños e integración social y laboral», reza el texto, donde se fija que el acceso de los drogodependientes a la asistencia sanitaria debe facilitarse «sin discriminación y considerando la adicción como una enfermedad».

FORMACION PARA FAMILIAS, PROFESORES Y MÉDICOS.

«Hay que incrementar las acciones de formación especifica de los profesionales y las profesionales de la salud en los problemas derivados de la drogodependencia, en la atención primaria de salud y especialmente en los servicios de urgencias y en la atención especializada», recomendaron.

Propone que desde el Foro «La sociedad ante las drogas», se implique a todos en la lucha contra el consumo de drogas y apuesta por «la implicación positiva» de los medios de comunicación en la batalla contra este consumo. Asimismo, reclama la puesta en marcha de programas especiales que atiendan la especificidad de la problemática de la mujer en relación con las drogodependencias, profundizando en el abordaje de estrategias desde la perspectiva de género.

La Comisión considera que todas las campañas o acciones que se realicen tienen que ser evaluadas «a efectos de poder comprobar el grado de cumplimiento de los objetivos establecidos» y que son necesarios los programas de prevención de drogodependencias en el trabajo. También pide proteger especialmente a los niños y adolescentes de drogas legales como el alcohol o el tabaco.