Basta echar un vistazo en un cybercafé de Los Palos Grandes, Agua Salud, Los Próceres o cualquier otro de Caracas para encontrar allí, en las horas en que deberían estar en clase, a muchachos con camisas blancas, azules o beige que se han jubilado de las escuelas y liceos para pasar el día frente a la computadora.

Pero lo que algunos pueden creer que es una simple diversión, resulta que se ha convertido en un problema de salud pública.

El presidente de la Fundación José Felix Ribas, Augusto Velásquez, advirtió que uno de los temas que está preocupando más a psiquiatras y psicólogos “es la adicción a los juegos virtuales, a los videojuegos y a los juegos de apuestas”, un mal que él, como dirigente de una institución dedicada a combatir el consumo de estupefacientes, equipara al consumo de drogas.

Sostiene que la ludopatía “está catalogada como una forma de adicción, una conducta que genera conflictividad al individuo y la familia. Nos llama la atención cómo ha penetrado en niños y adolescentes. Hemos tenido incluso que hospitalizar a muchachos por este problema”.

Algunos de los síntomas por los que las familias se dan cuenta de que algo pasa es que los muchachos empiezan a faltar a clases, bajar las notas, sustraer dinero de las casas y pasar mucho tiempo jugando. Penetran cada vez en el juego y se olvidan de la realidad, incluso se despreocupan por cosas como: comer, bañarse o compartir con sus amigos.

“Es algo tan peligroso que en este momento estamos discutiendo, la Fundación José Felix Ribas, el Consejo de Derechos del Niño y el Adolescente, el Ministerio de Salud y la organización Cecodap, un proyecto de regularización de estos juegos”. Explicó Anahí Arizmendi, presidenta del CNDNA, y agregó que se trata de establecer algunos lineamientos para el uso de los videojuegos. “Ya tenemos en marcha la campaña Navegando seguro, para explicar el uso adecuado de Internet”.

Juvenal Villasmil, experto de la Fundación José Felix Ribas, explica que se cataloga a la ludopatía como una adicción más “porque hablamos de una dependencia psicológica, aunque no sea física.

El muchacho se hace dependiente psicológicamente de esas situaciones virtuales. Es necesaria la atención.

Necesita un tratamiento que incluye abordaje terapéutico, psicoterapia y psicofármacos. No hay centros especializados en el país, pero FundaRibas (teléfonos 8618710 y 272-4646) está atendiendo este tipo de casos proporcionando la terapia que más se adapte al paciente, e incluso hospitalizándolos si se requiere”. Informó Villasmil que esta adicción podría asociarse también al consumo de drogas o alcohol.

Heroína en aumento

Otro tema que preocupa a Velázquez es el incremento del consumo de heroína. “No tenemos cifras, pero ya este año, a la Fundación, han llegado 30 casos, es demasiado”. Informó que aunque no hay estadísticas confiables sobre el área, se estima que en Venezuela 80% de la población ha consumido algún tipo de droga, sea lícita o ilícita, es decir, desde cigarrillo hasta crack o cocaína.

Villasmil hizo énfasis en el aumento del uso de éxtasis entre los adolescentes, así como del jarabe con codeína, un producto para la tos que venden sin récipe en las farmacias y que ha creado fuerte dependencia en muchachos muy jóvenes.

Centro de desintoxicación

Ayer fue inaugurado el Centro de Desintoxicación Alí Primera, ubicado en la calle Real de Antímano, en Catia. La presidenta del Consejo de Derechos del Niño y el Adolescente, Anahí Arizmendi, informó que esta sede es una de tres que se están instalando en Caracas y Vargas para atender a los jóvenes con problemas de drogas. El costo total del proyecto, que es un convenio con la Fundación José Felix Ribas, es de 600 millones de bolívares y lo asume el CNDNA.

El centro de Antímano es para pacientes de sexo masculino, se abrirá otro en Petare para las pacientes de sexo femenino y uno mixto en Caraballeda.

La atención de los jóvenes comprende psicoterapia individual, terapia de grupo, controles toxicológicos, actividades psicoeducativas, recreativas y deportivas, entre otras. También serán atendidas sus familias. En la primera etapa funcionará un ambulatorio que tratará consultas externas, luego se abrirá un hospital de día para que los pacientes pasen la jornada diurna y finalmente se pondrá en marcha el centro de desintoxicación. En principio trabajarán en la sede de Antímano tres psicólogos, un psiquiatra y tres trabajadores sociales.