Según los datos más recientes del Ministerio del Poder Popular para la Salud en cuanto al hábito de fumar en Venezuela, el cigarrillo es causante de 16 mil muertes cada año en el territorio nacional, de las cuales al menos 52 son por tabaquismo pasivo -aspirar el humo arrojado por el fumador-. «Eso equivale a decir que una persona por semana muere por esa causa», asegura José Silva, neumonólogo del Hospital Universitario de Caracas (HUC) y de la Clínica Santa Sofía.
Según el especialista, el humo del cigarrillo contiene múltiples sustancias enemigas de la salud y entre ellas cita al «cloruro de vinilo, un cancerígeno comprobado que era usado para hacer LP (los antiguos discos de vinil) y esa fue una de las razones por las que se dejaron de fabricar». También contiene polonio, un elemento tan tóxico como radiactivo.
Pero no es solo el humo que arroja el adicto al cigarro y que permanece en el aire por cierto tiempo el que afecta al fumador pasivo: «Hoy se habla de humo de tercera mano, que es cuando alguien fuma y las partículas tóxicas del humo se depositan en algunas superficies, como los muebles por ejemplo. Pueden pasar días y si alguien se sienta en ese mueble puede sufrir daños en su salud». Y ese humo de segunda o tercera mano puede ser aun más nefasto: «Una persona que vaya a una discoteca puede sufrir un infarto por el humo del tabaco, aun cuando no sea fumador», asegura Silva.
Entre las enfermedades a las cuales se expone el fumador pasivo, de acuerdo con el neumonólogo, cuentan: ataques de asma, cáncer de pulmón y enfermedad isquémica del corazón.
Espacios públicos libres
Dice el neumonólogo del HUC que «no debe haber áreas para fumar en espacios públicos, porque no se trata de obligar al fumador a que deje de fumar, sino de proteger a quien no fuma y la única forma de salvaguardarles es prohibición total de fumar en lugares públicos y erradicar zonas de tolerancia donde hay ´areas para fumar al lado de las de no fumar. En la medida en que la persona evite la exposición al humo no morirá por tabaquismo pasivo», dice el especialista, quien además añade que «la prohibición total de fumar en sitios públicos redunda en la baja de ingresos en clínicas y hospitales de pacientes por enfermedad isquémica del corazón».
Entre 26 y 27% de la población venezolana mayor de 15 años es fumadora, según estadísticas del Ministerio de Salud. El galeno comenta que «ha habido logros locales para reducir el hábito tab´aquico, pero lamentablemente la industria del tabaco busca siempre la manera de desmejorar esos alcances».
Agrega que «la medida más efectiva para reducir las cifras de tabaquismo en el país ha sido la subida de precios del producto». Sugiere Silva, además, que el Banco Central de Venezuela saque del Índice de Precios al Consumidor el precio del tabaco.