Desde hace tiempo son numerosos los eventos, en forma de jornadas, congresos,… que se desarrollan así como las publicaciones que se presentan, aportando quizás una idea, quizás una pieza, que conforme y/o ayude a configurar la respuesta al fenómeno de las adicciones. Fenómeno éste, manido y arcaico, novedoso y virgen, que en su continuo exige una respuesta hoy que, probablemente, mañana no valga.

También existen voces que alarman sobre la propagación del consumo y de otros trastornos adictivos: se generan, se extienden, son tantos, nos preocupan,… pero, desde dónde se analizan; cuáles son los objetivos, realistas; con quién se cuenta, con quién se habla.

Ante este panorama y contemplándolo, a veces me planteo si no estamos haciendo círculos en torno al aparente mismo hecho, gastándonos en múltiples análisis en su nivel descriptivo que, si bien arrojan luz al mundo de las adicciones, poco aportan en el nivel explicativo y en las posibles respuestas que demanda el individuo adicto. Quizás podamos recordar un algo a la frase que se puede oír en la película “Mejor…imposible”: “Yo me estoy ahogando y tú me estás describiendo el agua” (creo recordar).

Me pregunto si sabemos quiénes son ellos y cuál es el contenido de nuestro trabajo. La respuesta es sí, supongo que sí. Pero a veces nos perdemos por y en otros caminos en nuestro irrefrenable afán de encontrar las claves que den acceso a la respuesta.

Comprender un hecho no es explicarlo, comprender un comportamiento adictivo no es encontrar su explicación. Del mismo modo, durante mucho tiempo, hemos estado comprendiendo a los drogodependientes, de una manera más cercana a los enfermos alcohólicos, y hemos realizado un gran esfuerzo para aportar respuestas asistenciales y preventivas, pero siempre considerando que necesitábamos un nivel más profundo de análisis, otra perspectiva que nos permitiera mayor visión del sujeto adicto y del hecho adictivo.

Hemos buscado respuestas desde dentro mismo del alcoholismo, desde las entrañas mismas de la adicción. Hemos escuchado las voces de los alcohólicos y alcohólicas, y de otros drogodependientes, intentando comprender el alcoholismo desde su mismo comportamiento, desde su mismo impulso alcohólico. En muchos casos no hacíamos sino descripciones de la vivencia del consumo en el continuo en el que se produce. Sensaciones y estados emocionales enmascarados en el autoengaño con la sensación de verdad.

Teníamos que salirnos del laberinto y para eso era necesario abrir puertas que permitieran el paso de corrientes, de ideas, de impulsos, de personas que contribuyeran, en un esfuerzo conjunto, a una mayor y mejor concepción de las drogodependencias.
Así, comenzamos, desde la Fundación I.A. “Fulgencio Benítez”, unas actuaciones que están culminando con la celebración de Congresos, cuya contribución no tiene mayor pretensión que abrir un espacio donde nos encontremos y podamos aportar el mundo experiencial de cada uno y la investigación y reflexión de otros.

Las actuaciones del último congreso, se han visto reflejadas en la Revista Española de Drogodependencias, Volumen 31, Números 3 y 4, 2006.Colaboraciones de la casi totalidad de los ponentes nos hacen ver con un sentimiento amplio de esperanza y optimismo, la calidad y la implicación de los trabajos de muchas personas. Invito a los lectores a pasear por estos artículos.

Seguir aportando respuestas, soluciones acaso, a una pregunta con tantos matices, que tiene tantas piezas para componer el puzzle, es el objetivo de esta iniciativa y de otras tantas. Queremos añadir ideas, actos; compartir reflexiones y alternativas al fenómeno de las drogodependencias, adicciones. Esta es nuestra línea de trabajo desde FIAFB y nos sentimos acompañados en el empeño.

A lo largo de los años he intentado comprender la relación que existe entre una persona y su droga, y creo que algunas veces lo he logrado. Y digo algunas veces porque el hilo conductor que lleva a una persona hasta la satisfacción en el consumo no es, aunque pueda compararse, el mismo ni la misma su causa. La adicción se satisface a sí misma a través del individuo, dotándole de un protagonismo ingenuo, marioneta de feria, siendo la persona tan sólo el medio. La voluntad es la voluntad adictiva, de ahí que cuando hablamos de factores se nos olvida cuál es el elemento que los configura, dotándoles de esa finalidad autosatisfactoria.

La adicción no es la suma de unas partes, de unas razones causales, ni el conjunto de sus consecuencias; se conforma como una metamanera y se asienta en el individuo poseyéndolo. Es el todo configurado, lo que da sentido y está por encima de las partes.

Cuando hablo con los pacientes siempre me indican claves a fin de que transcienda de ellos mismos, las expectativas, motivaciones, actitudes, … no les pertenecen, pertenecen a su drogodependencia y me lo hacen ver. Y quieren salir del todo que los va subsumiendo estado de no existencia volitiva. La persona como tal ser no existe, no es. Todo en él está subyugado por aquellos comportamientos relacionados con el consumo, El alcohol, como cualquier otra sustancia, no satisface necesidad en la espiral, genera mayor necesidad o necesidad de más, ya sea de la propia sustancia o de rituales asociados y establecidos en el estilo.

Siempre me planteo dónde estamos, dónde nos estamos quedando en relación a los pacientes. Al final siempre me surge la misma interrogante obsesiva, cómo construye una persona una drogodependencia, un alcoholismo por ejemplo, cómo se configura a sí misma como drogodependiente, sin caer en la respuesta fácil, descriptiva y determinista. Quién es ese paciente que tengo delante y cómo podemos construir una respuesta, una solución.

En fin, no creo pecar de vanidoso al hacerme estas preguntas, preguntas desde la persona enferma y su entorno. También hay preguntas, más interrogantes, que trataremos de contestar en el próximo congreso. ¿Enmascara un trastorno adictivo otro tipo de disfunciones o patologías?,¿coexisten o subyacen?. Son preguntas que salpican las intervenciones; interrogantes cuyas respuestas pueden hacer que las actuaciones, en los distintos ámbitos y en los distintos niveles, mejoren y adquieran una eficacia terapéutica que resulte satisfactoria tanto si se evalúa desde la percepción de los propios pacientes, como si se considera desde la sensación de los profesionales en el desarrollo de su labor.
Sabemos que la adicción contamina todas las esferas del sujeto que la desarrolla o genera, y es, desde este conocimiento avalado por la experiencia, que pretendemos aportar enfoques, encuadres, respuestas en definitiva, desde el saber contrastado de los ponentes junto a la ilusión cooperativa de los asistentes para formar un todo de participantes entusiastas.

Porque queremos construir el proceso desde la satisfacción, el compromiso, la responsabilidad,… seguimos en un continuo marcado hace años: se lo debemos a los pacientes.

Correspondencia: [email protected]

C/. Carlos Cobo, 2, 1º D

29400 RONDA (Málaga)