El alcoholismo es uno de los grandes problemas de nuestra sociedad, en sus muy diversas formas, pareciendo complicado actuar para evitar que más personas caiga en esta enfermedad. Además, a medida que se investiga en sus características, se encuentran nuevos tipos de alcoholismo que provoca nuevas catalogaciones de adicción.

Por ejemplo, la dipsomanía es un tipo de alcoholismo en el que el adicto consume una gran cantidad de alcohol durante un periodo de tiempo muy corto, generalmente uno o dos días, mantiene sobrio a lo largo de varios meses, para volver a realizar este consumo nuevamente abusivo y descontrolado en uno o dos días.

Estos ciclos se van repitiendo a lo largo de su vida, creando una costumbre que es constante durante años. El bebedor con dipsomanía es capaz de mantener un largo periodo de abstinencia, evitando tomar alcohol y sin síntomas de alcoholismo. Pero llega un momento en que se descontrola y se produce el consumo abusivo, descontrolado durante un breve periodo de tiempo.

Tras el momento del consumo, el alcohólico se encuentra mal durante un periodo indeterminado, ya que su organismo debe eliminar todo el etanol consumido en esa jornada de consumo intensivo. A este proceso puede seguir un periodo de tiempo en el que el sentimiento de culpa puede llevar al enfermo a caer en una depresión a causa de su incapacidad de controlar esta compulsión. Una vez se recupera, el adicto es capaz de mantener una conducta normal y apartada del consumo durante meses, hasta la siguiente consumo.

Esta disfunción causa que se necesite consumir alcohol de forma convulsiva en un corto espacio de tiempo. Esto, obviamente, produce serios daños en el organismo, de forma bastante intensa dado el volumen ingerido en poco tiempo.

Como en el caso del alcoholismo crónico, se puede trabajar para evitar que el enfermo consuma y pueda rehabilitarse. Los pasos a seguir son similares a los que se realizan en los tratamientos de otras adicciones, aunque con algunas características específicas, ya que al ser un consumidor cíclico el autoengaño y la negación del problema por parte del adicto es mucho más severa que en un adicto “convencional” teniendo que hacer un abordaje más intenso en las etapas pre-contemplativa y contemplativa, generando conciencia de enfermedad.

José Manuel Torres García, experto en adiccion e investigación del alcohol y el alcoholismo

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