En los últimos días es mucha la polémica generada por el anuncio del Ayuntamiento de Barcelona de aumentar el número de salas de venopunción higiénica. Como en la mayoría de las polémicas publicas unos pocos, con motivos ajenos al verdadero sentido y finalidad de estas salas, alimentan el fuego de las protestas de los ciudadanos que realmente desconocen que son y como funcionan y cuales son sus objetivos. Estas salas están incluidas en el programa de “reducción de daños" que es una política de prevención de los daños potenciales relacionados con el uso de drogas más que de prevención del uso de drogas en sí mismo. Tiene como objetivo principal disminuir los efectos negativos provocados por el uso de drogas. Se encuadran indudablemente en la protección de la salud pública y son sus objetivos:
- Reducir la mortalidad por sobredosis, la morbilidad, accidentalidad y prácticas de riesgo asociadas a tales consumos y los modos de vida relacionados, y la transmisión de enfermedades como el VIH/Sida y las hepatitis virales (tanto entre usuarios/as de drogas como entre población general).
- Aumentar las derivaciones de usuarios/as de drogas a centros de servicios sociales, de salud mental y tratamiento de las drogodependencias, y de la red sanitaria, tanto de asistencia general como especializada
- Mejorar tanto la supervivencia y la calidad de vida de los colectivos de usuarios/as de drogas, como la salud pública, es decir, de la población general
- Reducir la conflictividad y delincuencia en su entorno, y también el espectro de oportunidades comerciales para quienes trafican con drogas ilegales.
- Brindar asistencia al consumidor para encontrar tareas que le permitan interesarse en otros hábitos y permitan su alejamiento progresivo o controlado de la substancia que causa su adicción.
En la actualidad existen 94 espacios de acogida y venopunción higiénica en 38 ciudades de Suiza, Alemania, Holanda, España, Canadá y . Y la implantación de estas salas se contempla muy seriamente en Luxemburgo, Noruega, Austria, Dinamarca Francia, Italia e Irlanda.
Con las evaluaciones de estos centros en la mano, el Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías (OEDT) niega que provoquen un incremento en el consumo de drogas, que reduzcan las posibilidades de deshabituación o que causen alteraciones de orden público. Según este organismo, dependiente de la Unión Europea, estos centros han demostrado ser capaces de reducir la mortalidad y la transmisión de enfermedades. A medio plazo en lo que respecta a la actitud del vecindario y las molestias causadas a la comunidad, la evidencia científica disponible indica que los espacios de acogida y venopunción higiénica reducen tales molestias, sobre todo en lo que se refiere al uso de drogas en las vías públicas y al abandono en la calle de los utensilios utilizados para su consumo.
No se produjo además incremento alguno en la criminalidad asociada a las drogas en la zona. Es razonable pensar en cualquier caso, señala la evaluación, que no se ha producido un incremento en el flujo de usuarios o traficantes de droga a la zona como consecuencia de la apertura del centro. Por lo que se ve los resultados son positivos y alentadores pero hay que dar un poco de tiempo al tiempo, no se consiguen de inmediato sino que a medio plazo. El informe destaca que, para conseguir resultados, estos centros deben estar integrados en unas redes más amplias de servicios socio sanitarias y trabajar de forma consensuada con el resto de agentes sanitarios, sociales y policiales.
Las salas de venopunción higiénica no son solamente lugares den donde los adictos a la drogan vayan a consumir, este grupo de personas normalmente tienen importantes necesidades de atención sanitaria y social que no les están cubiertas por otros servicios y en las salas tienen la capacidad para tratar a los usuarios de la droga más conflictivos y problemáticos y actuar como mediadores para su derivación a los centros asistenciales, tanto sociales como sanitarios, y a los centros de tratamiento de las drogodependencias.
Estos centros no solamente se dedican a tener salas de venopunción higiénica asistida por un/a diplomado/a en enfermería que vigila y aconseja a que los consumidores asuman menos riesgos en sus pautas de consumo y se inyecten con garantía de higiene, también da asesoramiento personal, atención médica y cuidados básicos de higiene y alimentación. Sus objetivos son mejorar la calidad de vida de este colectivo, orientar las necesidades socio sanitarias, enseñar a hacer un consumo de drogas con menor riesgo y facilitar la no proliferación de hepatitis y sida. Seguramente debido a su marginación y desprecio por parte de gran parte de la sociedad los que han caído en el pozo sin fondo de la dependencia son personas que aceptan y agradecen el soporte y ayuda que se les da, atendiendo en gran parte las recomendaciones que se les hacen para cambiar sus malos hábitos de vida y que cuiden su higiene y aspecto personal, además de la modificación de las circunstancias que rodean el uso de drogas para que éste cause el menor daño físico, psíquico y social posible, y mejore en lo posible su calidad de vida. También hacen una importante labor de derivación, en caso de desearlo, a otros servicios sociales o de atención a las drogodependencias y desintoxicación, que se ve altamente recompensada por la cantidad de usuarios que lo aceptan, siendo una mínima parte los que lo abandonan una vez empezado.
No es algo improvisado para dar una respuesta política, cuentan para todo ello con un coordinador, médicos, diplomados en enfermería, trabajadores sociales, educadores, agentes de salud y voluntarios, todos ellos con un alto grado vocacional para poder desempeñar a satisfacción su trabajo y gestionados por una ONG, con larga experiencia en el mundo de la drogadicción. Es pues un equipo profesional altamente cualificado y con gran experiencia en el contacto directo con el colectivo de drogodependientes. La realidad de la actual situación demanda no el cierre de este espacio, como solicitan algunas personas poco informadas, sino muy al contrario la implantación de al menos uno en cada distrito de nuestra ciudad.
Facilitar la creación de estos espacios de venopunción higiénica puede salvar de una muerte por sobredosis a consumidores con posibilidad de recuperación y vida por delante; evitar las infecciones por VIH y hepatitis, proporcionar reposo antes de que el consumidor salga a la calle colocado, y facilitar contacto con personal especializado que pueda motivas a los usuarios para tratar lo antes posible su adicción.
Firmado: Joan Manuel Riera Casany
Voluntario social