La necesidad y las ganas de recuperar a jóvenes de las drogas hizo que un grupo de madres pusiera en marcha, desde hace algunos meses, un proyecto donde el boxeo es la oportunidad para lograrlo.
Pablo y Nelson son algunos de los casi 20 jóvenes que se reúnen tres veces por semana en una de las viviendas de la segunda etapa de barrio Solidaridad.
Lo hacen impulsados por el sueño de subirse a un ring y pelear contra una adicción que los aleja de sus familiares y de una vida mejor. Además de conseguir lo que ellos mismos calificaron como «el reconocimiento y respeto de la gente».
Cada martes, jueves y viernes, experimentan la práctica de un deporte que no sólo los conecta con lo saludable sino con la ilusión de un futuro mejor.
«Cuando comenzamos a pensar en qué deporte nos gustaría practicar elegimos el boxeo por encima del fútbol porque el sueño de todo pibe de barrio es subirse a un ring y vivir de eso», dijo convencido Nelson de 19 años que anhela poder concretarlo y ayudar a su familia.
«Si uno quiere mejorar y hacer las cosas bien, tiene que dejar de consumir drogas», dijo el joven que como sus compañeros desde hace tres meses, viene apostando a un proyecto que los incluye.
Sin ayuda del estado y con pocos elementos de trabajo, ellos no dejan de asistir a las clases impartidas por Rafael, un vecino remisero que en su pasado tuvo al boxeo como deporte preferido y que no dudó en ayudarlos.
Por un plan de vida
Las buenas intenciones no quedaron sólo en la mente de Noemí, una de las mamás que cree en que se puede salir de las drogas cuando hay voluntad y más aún luego de que su hijo se recuperara satisfactoriamente hace ya un tiempo. Ella junto a otras madres, son las encargadas de conseguir los medios para llevar adelante el proyecto que busca rescatar a los jóvenes de las adicciones y también insertarlos en el deporte.
«Con mi hijo vi que si se puede y que es importante que ellos cuenten con una contención que les permita realizar actividades en las que se sientan cómodos. El boxeo fue el deporte que eligió la mayoría. Cada chico que viene lo hace para cumplir un objetivo y alcanzar un plan de vida», explicó Noemí quien es la principal impulsora del proyecto.
Con solidaridad como bandera
El grupo de madres de barrio Solidaridad comenzó a trabajar desde hace dos años en «Pan con amor», un proyecto propio en el que los mismos jóvenes que actualmente practican boxeo realizan pan casero para llevar a sus casas y ayudar con la economía familiar.
Con el mismo espíritu de realizar actividades que los alejen de la calle, ellos amasan pan una vez por semana con la harina que donan algunos particulares. «Se mantienen ocupados, colaboran con sus familias y aprenden un oficio», fue la explicación de una de las madres. Sumado a «Pan con amor» también funciona «Revalorizando las fechas patrias», otro de los proyectos propios que incluye a los jóvenes de la segunda etapa de barrio Solidaridad y que los tiene colaborando con la organización del desfile que se realiza en el barrio cada 24 de mayo.
«Si te drogás el único culpable
de esa situación sos vos»
«No ayudar sería egoísta de mi parte, hay jóvenes que necesitan ser escuchados, motivados y tener su tiempo ocupado en otras cosas que no sean las drogas», explicó Noemí, una de las referentes del grupo de madres.
Las esperanzas existen y el trabajo por cumplir un sueño se mantienen intactos en este grupo de jóvenes que busca romper el molde y demostrar que cuando se quiere se puede.
Conscientes que para salir adelante hace falta mucho esfuerzo, los jóvenes de barrio Solidaridad coincidieron: «Si te drogas el único culpable de esa situación sos vos. La culpa no la tienen ni los padres ni el entorno, es uno mismo el que elige consumir, o no».
Con la vestimenta elegida (short negro con vivos blancos) luego de ver la pelea entre el argentino Maravilla Martínez y el puertorriqueño Miguel Angel Cotto, ellos dan rienda suelta a su imaginación y disfrutan el visualizar ese momento donde escuchen su nombre arriba de un ring.
Sin importar la escasez de elementos, el material humano está presente. Rafael, el vecino remisero que los entrena y ellos mismos que buscan cada vez más perfeccionar las técnicas.
Con la idea de ser fichados en la Federación Salteña de Box e iniciar una carrera deportiva, ellos buscan también la ayuda de la comunidad. El pedido se limita a guantines, protectores, cabezales, vendas, manoplas y colchonetas.
Para aquellos que quieran hacer llegar sus donaciones lo pueden hacer en manzana 419 C, lote 14 de la segunda etapa de barrio Solidaridad. O comunicándose al (0387) 154592683