Coincidiendo con la celebración del Día Mundial sin Tabaco la Universidad de Navarra ha puesto en marcha una serie de medidas para mejorar el medio ambiente en sus edificios y la salud de sus trabajadores. La nueva normativa permitirá fumar sólo en lugares señalizados a tal efecto. Tampoco será posible hacerlo en despachos compartidos con no fumadores, durante reuniones de trabajo o cuando se atienda al público.
Esta iniciativa ha partido del equipo que desde el 2000 dirige el Proyecto Universidad Saludable de la Universidad de Navarra integrado, entre otros, por Jokin de Irala, profesor de la Unidad de Epidemiología y Salud Pública. Dicho grupo estudió la situación de partida para lograr un consenso entre los empleados con el fin de mejorar las circunstancias del tabaquismo en el campus y prepararse mejor ante el cumplimiento de las leyes sobre consumo de tabaco.
Contaminación ambiental
El estudio epidemiológico se hizo con 641 trabajadores y el proyecto incluyó entrevistas en grupo y un análisis cualitativo de las opiniones expresadas en estas reuniones.
Entre sus resultados destaca que a la mayoría de ellos les molesta el humo. Además se detectaron niveles de contaminación ambiental mejorables en diferentes lugares de la UN.
Por otro lado, se dedujo que el 81,7% de los encuestados aceptaría la política restrictiva del consumo de tabaco que ahora ha entrado en vigor en dicho centro académico.
La prevalencia de tabaquismo en este campus pamplonés se sitúa en torno al 27% de los empleados, de los que el 40% afirmó desear abandonar el hábito de fumar.
Para informar a la comunidad universitaria de los resultados del análisis y facilitar el cumplimiento de la nueva normativa los miembros del Proyecto Universidad Saludable han realizado una exposición itinerante por las diferentes áreas de la Universidad.
El equipo multidisciplinar del Proyecto Universidad Saludable está integrado, además de por Jokin de Irala, por las profesoras de la Escuela Universitaria de Enfermería María José Duaso, Navidad Canga, Inmaculada Serrano e Inés Aguinaga y por Jesús Santamaría, profesor de Química y Edafología.