Un total de 514 personas de la Comunidad Valenciana acudieron el pasado año a centros para abandonar su adicción al juego, lo que supone un 3 por ciento menos que en el año anterior, con lo que se rompe la tendencia de los últimos años en los que se reflejaba un crecimiento paulatino, según informaron fuentes de la Generalitat. El juego patológico representa actualmente un 4,8 por ciento del total de adicciones tratadas en la Comunidad Valenciana.

Los jugadores patológicos que acuden a estos centros para iniciar un tratamiento se fueron incrementando paulatinamente pasando de 98 en 1998, a 402 en 1999, a 548 en 2000 y a 531 en el 2001, según se desprende de los datos asistenciales de la conselleria de Bienestar Social. Este «ligero» descenso en la adicción al Juego Patológico es, para el conseller de Bienestar Social, Rafael Blasco, «importante, porque significa romper la tendencia de crecimiento».

La disminución la atribuye a los programas de prevención y tratamiento de las ludopatías impulsados por el Gobierno valenciano. Sin embargo, Blasco aseguró que es necesario mantener estos programas y «estar atentos» a los efectos que se producen con las recientes adicciones a las nuevas tecnologías por el abuso de la utilización de Internet o los teléfonos móviles.

También hizo hincapié en las negativas consecuencias familiares y sociales de la ludopatía, por lo que se ofrece al jugador patológico «un tratamiento específico en el marco del sistema sanitario público». Del balance de asistencia a ludopatías del pasado año se extrae que el 89,5 por ciento de las 413 personas que acudieron a tratamiento en centros para vencer su adicción, son varones, frente a un 10,5 por ciento de mujeres.

El 49,4 por ciento es casado, informaron. La estadística apunta también una evidente relación de este problema con el abuso de algunas sustancias como el alcohol y la cocaína.

Un 19,1 por ciento de los jugadores atendidos el pasado año abusaba también de las bebidas alcohólicas y un 3,9 por ciento consumía habitualmente cocaína. De las 514 personas que acudieron a tratamientos para abandonar su adicción al juego patológico, 272 fueron tratadas en centros de Alicante, cifra que representa el 52,9 por ciento; en centros de Valencia las personas tratadas fueron 186, y en los de Castellón 55.

El director general de Drogodependencias, Bartolomé Pérez, corroboró que además del trabajo que realizan las distintas asociaciones de afectados, «la administración valenciana es la única que atiende a este tipo de enfermos desde la red asistencial pública, como cualquier otra enfermedad». En la Comunidad Valenciana, dijo al respecto, un total de 33 centros atienden esta adicción, de los cuales 28 son UCAS y 5 centros dependientes de entidades.

En este sentido, precisó que en el año 1997 la Comunidad Valenciana fue la primera de España en reconocer el juego patológico o ludopatía como un trastorno adictivo no tóxico y en incluir el tratamiento y la prevención en el sistema sanitario público y en las Unidades de Conductas Adictivas municipales. Por otro lado, Bartolomé Pérez añadió que según la última encuesta sobre hábitos de juego en la Comunidad, los ciudadanos perciben esta adicción como cuarta en importancia tras otras como tabaco, alcohol, heroína o cocaína.

Para el director general de Drogodepencias, el mayor grado de eficacia en el tratamiento de jugadores patológicos se da entre los grupos de edad más jóvenes, que son también quienes en mayor número acuden a las Unidades de Conductas Adictivas. PERFIL Según la II Encuesta sobre Juego Patológico, realizada por la conselleria de Bienestar Social en 2001, un 4 por ciento de la población valenciana mayor de 18 años padece este tipo de enfermedad, que es más frecuente en hombres que en mujeres.

Así, de cada diez jugadores patológicos, solo uno es mujer, aunque la edad media de iniciación a las ludopatías sea muy similar (32 años en los varones y 28 años en las mujeres), al igual que la solicitud de asistencia especializada, que suele producirse a los diez años de iniciarse la enfermedad. La Encuesta refleja que en el año 2001, el grupo de edad donde se encuentra el mayor número de jugadores patológicos se encuentra entre la población con 65 o más años.

Además se constata que la mayoría de adictos al juego son separados y divorciados y en último lugar los solteros, por lo que puede deducirse que la soledad es una de las causas detonantes en esta adicción. En cuanto a la preferencia por juego, el adicto juega al bingo 15 veces más que una persona que no lo es; a los juegos de mesa 6 veces más; a las tragaperras 4 veces más y a la bonoloto y primitiva con 1,4 veces más.

Según los resultados de esta encuesta, el gasto medio semanal de un jugador patológico es de alrededor de 87 euros (14.495 pesetas), informaron las mismas fuentes.