El perfil del paciente que acude a solicitar tratamiento a la nueva Unidad de Juego Patológico de la Diputación de Cádiz, que comenzó a funcionar a principios de este año, corresponde al género masculino, con una media de edad de 38, casado o separado, consumidor de alcohol u otras drogas y adicto a las máquinas tragaperras.

Sin embargo, según los datos aportados por el Centro Provincial de Drogodependencias (CPD) de la Diputación de Cádiz, estas características pueden no coincidir con la realidad social, en especial, en lo relacionado con el género, ya que los especialistas suponen que muchas mujeres no solicitan ayuda por desconocer la existencia de estos dispositivos de orientación, por ignorar su condición de ludópatas, por timidez, reparo social o por otras causas.

Entre los primeros casos tratados predominan los hombres, en un 87 por ciento de casos, frente al 13 por ciento de pacientes femeninas. Las máquinas tragaperras, con un 80 por ciento, se sitúan en primer lugar frente al bingo (13 por ciento), y las cartas (seis por ciento), por modalidad de juego.

Por lo que respecta al estado civil, el 40 por ciento de las personas que demanda tratamiento está casada, el 33 por ciento separada, y el 26 por ciento es soltera. Por edades, la media se sitúa en 38 años, aunque los pacientes considerados en este primer período de funcionamiento de la Unidad de Juego Patológico, abarcan desde los 23 hasta los 62 años.

Otro dato de interés es el alto porcentaje, un 66 por ciento, de ludópatas que además se reconocen consumidores problemáticos de alcohol (sólo o asociado a otras drogas). Uno de cada tres pacientes que demandó tratamiento para dejar el juego en Cádiz no consume estas sustancias o lo hace de manera esporádica.

La Unidad de Juego Patológico, creada por el CPD en colaboración con la Junta de Andalucía está ubicada en un anexo, con instalaciones independientes, del Centro de Tratamiento Ambulatorio de Drogodependencias, donde personal especializado en psicología y medicina atiende a pacientes y familiares que demanden atención para poder liberarse de su adicción al juego.