«Estamos gravemente preocupados por las políticas y actividades a favor de la legalización de los estupefacientes y sustancias psicotrópicas ilícitas que no están de acuerdo con las disposiciones de los tratados» internacionales, subraya la declaración ministerial adoptada por la Comisión de Estupefacientes de la ONU. Con la aprobación del documento, concluyó el 46 período de sesiones de la comisión, a la que asistieron las autoridades de la lucha antidroga de más de cien países -incluidos más de 70 ministros- para hacer una evaluación «a medio plazo» del ambicioso Plan de Acción contra el narcotráfico adoptado por la Asamblea General de la ONU en 1998.

«Si los ministros se van de esta reunión y cumplen con lo que se han comprometido, entonces ha sido un éxito», dijo el jefe de la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito, el italiano Antonio María Costa.

Al suscribir la declaración, los países «han confirmado que creen en las convenciones internacionales sobre las drogas», aseguró Costa en rueda de prensa.
La reunión estuvo marcada por las críticas de diversas organizaciones no gubernamentales, también invitadas a Viena, a la política desarrollada hasta ahora por la ONU, que consideran fracasada.

Atribuyen el fracaso a la prohibición de las drogas y proponen la legalización parcial como única vía para controlar el problema.

Pero el documento aprobado reafirma la vía emprendida hace un quinquenio, «en el sentido de que el problema mundial de las drogas es una responsabilidad común y compartida que exige un planteamiento integral y equilibrado» de acuerdo con el derecho internacional.

«La cooperación internacional ha dado resultados positivos. Acogemos con beneplácito el hecho de que los tratados de fiscalización internacional de drogas cuenten actualmente con una adhesión prácticamente universal», señala la declaración.

Costa dijo que hay «que mantener la lucha contra las drogas. Hay que luchar y luchar lo más que se pueda porque enfermedades infecciosas como el sida se están esparciendo por todo el mundo a causa de las drogas».

En su «evaluación general», la ONU reconoce «que se han hecho progresos desiguales con respecto al cumplimiento de las metas establecidas» y que «el problema de las drogas sigue siendo un reto mundial».

Subraya que este flagelo afecta especialmente a los niños y los jóvenes, «socava la estabilidad socioeconómica y política, el desarrollo sostenible, así como los esfuerzos por reducir la pobreza, y causa violencia y delitos».

«Los graves retos y amenazas» que representa la vinculación entre el narcotráfico y el terrorismo es otra de las grandes preocupaciones expresadas en la declaración.