La situación que se producía el lunes pasado, día de La Veguilla, cuando tres jóvenes, dos de ellas menores de edad, tuvieron que ser atendidas en el Hospital Comarcal por intoxicación etílica grave, el concejal del área de Juventud y Bienestar Social, Roberto Aguilar, señala que durante todo el mandato han tenido gran preocupación por inculcar en los adolescente y jóvenes hábitos de conducta saludables, por lo que se han realizado programas en colaboración con los colegios e institutos de la ciudad como «Aprendiendo a vivir», dirigido a alumnos de Educación Primaria sobre tabaquismo y alcohol.
Con los más mayores, con los alumnos de ESO, fue el programa «Vas a flipar», en el que se introducían conceptos sobre el consumo de todo tipo de drogas, entre ellas el alcohol, con el que se pretendía informar a los jóvenes sobre los riesgos de las adicciones. El concejal considera que este problema es también educativo y recuerda que en la Escuela de Padres se ha tratado de que éstos conozcan los recursos necesarios para prevenir los problemas y para abordarlos cuando éstos se presentan.
Más alternativas
El portavoz de la oposición en el Ayuntamiento, el socialista Manuel García Guerra, considera que, aunque el alcoholismo en los jóvenes es un problema sociológico generalizado, desde las instituciones se puede hacer mucho para tratar de evitarlo. Dos son las vertientes que tiene esta situación según entiende García Guerra; una es educativa y, la otra, de oferta de alternativas de ocio. Es en este sentido en el que critica la falta de una política específica de juventud por parte del equipo de gobierno. «Hay que hacer una política de juventud de forma que les demos más alternativas de ocio, por que de lo contrario los jóvenes de Benavente sólo tienen la calle de los Carros». Por eso señala que desde el PSOE se trabaja en el programa electoral en este sentido, «marcando objetivos modestos pero continuados, con una política coparticipada con los jóvenes».
El jefe de la Policía Local señala que está prohibido vender alcohol a menores, pero no el consumo en la vía pública en fiestas, según la Ley de Drogodependencias. En cuanto al «botellón», que también se practica los fines de semana, Rafael de la Iglesia dice que se vigila y si los consumidores son menores se les toma la filiación y se avisa a los padres, mientras que si son mayores de edad y si no están causando molestias, se toman los datos de uno de ellos y se le responsabiliza de que deje todo el entorno limpio.