La convicción de Gaspar Garrote, doctor en medicina con dedicación profesional en el centro penitenciario Puerto 2 y un amplio bagaje en el trabajo con drogodependientes desde el año 1981, de que a menudo preocupan más, incluso a las familias afectadas, las repercusiones sociales de la drogodependencia en personas cercanas que las propiamente médicas, pese al grado irreversible de buena parte de sus efectos tanto orgánicos como sicológicos, presidió la ponencia con la que el Foro de Debate Humanismo y Ciencia, que convoca la Delegación Diocesana de Pastoral Universitaria y Cultura, efectuó este lunes una nueva sesión mensual.
El prestigioso profesional desentrañó, droga a droga, como minan organismo y psiquis desde el alcohol y tabaco, pasando por el cannabis y llegando a alucinógenos como el LSD, fármacos no narcóticos utilizados de modo distinto a la prescripción facultativa, opiáceos como la heroína, inhalantes como otras drogas especialmente escolares como el pegamento o las gomas y, al fin, sustancias adulterantes que, como la estricnina, el yeso o el talco, son utilizados en mezclas que pueden conducir irremediablemente a la muerte.
Afecciones más usuales
En la sesión mensual, desarrollada, como ya es habitual, en el aula 29 del Instituto Padre Luis Coloma, el doctor Garrote se apoyó en diapositivas para referir complicaciones médicas que, según los casos, pueden llegar a la esquizofrenia o el suicidio aunque también puede llegar a modo de cuadros gastrointestinales o alérgicos, depresión, infantilismo, pérdida de peso y apetito, frigidez o impotencia, deterioro mental.
Pero, con todo, como refirió el interviniente, “cuando no hay formación adecuada al respecto se considera que otro tipo de drogas son como el alcohol o el tabaco pero que el riesgo que tiene es que para conseguirla, como es cara, hay que meterse en determinados sectores y gastar determinadas cantidades de dinero; y eso es quizá –añadió– lo que temen los familiares directos de las personas de las que se sospecha que se están introduciendo en la droga; primero, con quién se está relacionando, un sector marginal con el binomio droga-delincuencia siempre latente y en la familia lo que más preocupa es que pueda formar parte de ese grupo social y que las primeras víctimas de la delincuencia sean ellos mismos, la propia familia”. Lamentaba Garrote que “puede preocupar eso más que el propio hecho de que, a medio y largo plazo, la droga va a provocar la muerte del drogadicto”.
El problema de la vivienda
Ya está decidido que el problema de la vivienda, la especulación y los efectos sobre el precio, sea el próximo tema a desarrollar en un Foro de Debate en el que han sido ya desarrollados los más diversos temas a lo largo de este su primer curso de actividad.