El Gobierno asegura que la represión no ha funcionado

Tratar el consumo de drogas más como una cuestión de salud pública que como un problema de seguridad. Esa es la filosofía detrás de la reforma legal que prepara el Gobierno noruego y por la cual se despenalizará el uso y posesión limitada de hasta una decena de drogas, entre ellas las más comunes como el cannabis, la cocaína y la heroína.

 

El ejecutivo noruego, una coalición de centro-derecha, presentó un proyecto de ley titulado ‘Del castigo a la ayuda’ con el que quiere cambiar la forma de luchar contra el consumo de drogas: más diálogo y menos sanción. Más psicología y menos represión. En lugar de multas y condenas de prisión, convocatorias obligatorias para sentarse a hablar con un consejero especialista en adicciones.

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