La psicóloga pamplonesa Margarita Aguinaga Aguinaga ha defendido recientemente su tesis doctoral en la Universidad Pública de Navarra con un trabajo de investigación sobre los trastornos de la conducta alimentaria -como la anorexia y la bulimia-, y el consumo de drogas.
Este estudio descriptivo y analítico se basa precisamente en la demanda asistencial de los trastornos de conducta alimentaria registrados en un centro pamplonés entre los años 2000 y 2002. Son 90 mujeres las pacientes estudiadas. Al 46,7% de ellas se le diagnosticó anorexia, al 43,4 bulimia, y al 10 % restante otros trastornos de conducta alimentaria.
Trastornos alimentarios y consumo de drogas
Esta es precisamente la parte central de la investigación realizada por Margarita Aguinaga: la relación entre pacientes con trastornos de conducta alimentaria y el consumo de drogas. En la tesis se destaca la similitud de determinados aspectos clínicos, cognitivos y conductuales, comunes a los trastornos de la alimentación y a la dependencia de sustancias.
Entre la población en general en los últimos cinco años ha descendido el porcentaje de fumadores diarios. Sin embargo aparecen tasas más altas de dependencia al tabaco entre las pacientes con trastornos de la alimentación. Y lo mismo ocurre con el consumo de alcohol. En resumen: las personas con trastornos de conducta alimenticia, que además fuman y/o beben alcohol, lo hacen en mayores cantidades que el resto de la población.
Con relación al consumo de drogas ilegales, la proporción de pacientes que experimentan con sustancias es inferior a los porcentajes obtenidos en la población general, si bien en los casos de consumo habitual se alcanza tasas más altas entre las pacientes que entre la población, si exceptuamos el cannabis o marihuana, cuyo consumo habitual continúa siendo más elevado en la población general.
Algunos autores, como Fairburn, apuntan que los trastornos de alimentación se producen en una etapa anterior al consumo de drogas. Sin embargo, en este caso se ha encontrado que el consumo de alcohol y tabaco precede al trastorno de la alimentación, mientras que el consumo de drogas ilegales es posterior.
En cualquier caso, el estudio de M. Aguinaga demuestra que las personas bulímicas son consumidoras de drogas en mayor grado que las anoréxicas, y que la presencia simultánea de trastornos alimentarios y el consumo de sustancias es superior cuando los factores sociofamiliares son más desfavorables y/o se dan factores estresantes: violencia familiar, rechazo de los amigos, fracaso escolar…, etc.
Por último, y en este contexto, la investigadora concluye que las pacientes que consumían drogas ilegales presentaban más desajustes en la alimentación.