El alcohol es la droga más consumida en Andalucía. “Más del 50% de la población andaluza de 16 o más años consumió alcohol en los últimos 30 días, que es lo que se entiende como consumo periódico y prolongado”. Así lo ha declarado el gerente de la Fundación Andaluza para Asistencia a las Drogodependencias, Javier Guzmán, quien esta mañana ha presentado un estudio sobre la evolución del consumo de alcohol en la población andaluza.

Guzmán también señaló que la edad media de inicio al consumo de alcohol se ha retrasado de los 16,4 años en 1996 a los 16,9 en 2003, que es el último año objeto del estudio en una muestra representativa de 2.500 personas. Asimismo, el consumo de alcohol los fines de semana en población de 16 a 34 años ha aumentado del 71,9% en el año 96 al 73,2% en el año 2003, “debido al fenómeno de la botellona”, manifestó Javier Guzmán.

Estos datos se han dado a conocer en el transcurso de una rueda de prensa para presentar unas jornadas organizadas por la Sociedad Española de Toxicomanías que comienzan hoy en Sevilla, en las que un grupo de expertos europeos abordan la situación del consumo de alcohol en el arco mediterráneo.

El portavoz de la Sociedad Española de Toxicomanías, Javier Álvarez, señaló por su parte que “el alcohol es una enfermedad social que en España cuesta anualmente unos 4.000 millones de euros, entre la asistencia, tratamiento y pérdidas por fallecimientos”. Álvarez continúo diciendo que el 6% de las muertes en nuestro país se deben al alcohol e incluso apuntó que “la principal causa de agresiones sexuales y violencia doméstica es el abuso de alcohol”.

En España hay más de 100.000 personas en tratamiento por problemas con el alcohol y se calcula que “entre un 3,2% y un 8,2% de la población es alcohólica, mientras que al menos el 5% de la población sufre problemas con esta sustancia”.

En cuanto a la relación entre el alcohol y los accidentes de tráfico, el portavoz de la Sociedad Española de Toxicomanías destacó que “el 43% de los que murieron en carretera en los últimos diez años tenían restos de alcohol en sangre. Además, uno de cada tres peatones atropellados en este periodo había ingerido alcohol”. Álvarez terminó diciendo que en España se realizan anualmente 1.300.000 pruebas de alcoholemia, mientras que en Francia con un número de habitantes muy similar se hacen más de ocho millones, por lo que “habría que incrementar los controles”.