Así lo anunció el director general de Atención a las Dependencias, Bartolomé Pérez, quien presentó el informe llevado a cabo por la Sociedad Española de Toxicomanías (SET) sobre nuevos tratamientos para la dependencia a la heroína, acompañado por uno de los farmacólogos que han participado en la redacción de un documento de consenso al respecto, Javier Alvarez, y el presidente de la SET, José Pérez de los Cobos.
La SET, en una jornada técnica que se celebrará esta tarde, proporcionará formación a una veintena médicos valencianos del ámbito de las drogodependencias para que puedan empezar a prescribir este medicamento, que será financiado por la Generalitat y dirigido en principio a los pacientes cuyo tratamiento con metadona haya fracasado.
A pesar de que la heroína «es una sustancia a la baja» en su consumo, de modo que si en 1998 se dieron 4.247 casos de dependencia a esta droga, en 2003 descendieron hasta situarse en 2.137, Bartolomé precisó que actualmente aún hay cerca de 6.400 personas en la Comunidad tratadas con metadona.
A su juicio, es necesario buscar otras opciones terapéuticas a la metadona, donde la buprenorfina «tiene un hueco importante» a pesar de su elevado coste, superior al de la metadona, una circunstancia a la que restó importancia teniendo en cuenta que «hay patologías con mejor prensa social que tienen un presupuesto sanitario mucho más elevado».
Por ello, tachó de «falacia» que se diga que en España «hay una asistencia al drogodependiente», cuando a su juicio «no existe un sistema público de asistencia ni tampoco una financiación pública de los fármacos».
Al respecto, manifestó su deseo de que el Ministerio de Sanidad financie los veinticuatro millones de euros que gasta anualmente la Generalitat en asistencia a este colectivo, y que el gasto de estos pacientes también sea financiado.
En su opinión, no es el Plan Nacional sobre Drogas el que debe financiar estos gastos, sino que debe haber una asistencia pública para evitar situaciones tan «kafkianas» como la que está teniendo lugar en la Comunidad, donde «una patología tan grave y tan importante apenas tiene un único fármaco porque no hay otras opciones».
Por su parte, Alvarez indicó que ante la situación de algunos pacientes dependientes de la heroína que no responden bien al tratamiento con metadona, y dado que no hay ningún otro fármaco que los médicos puedan prescribir, la SET recomienda el uso de la buprenorfina para el tratamiento de la dependencia de opiáceos en España.
Este fármaco, que fue aprobado en 2000 por la Agencia Española del Medicamento con uso hospitalario y en 2003 se acordó su dispensación con receta médica de psicótropo (que actúa sobre la actividad cerebral), no es financiado por la Seguridad Social.
Según Javier Alvarez, entre las ventajas que presenta la buprenorfina frente a la metadona se encuentra que «es más segura para el enfermo, por lo que hay menor riesgo de sobredosis».
La buprenorfina «no es una panacea», pero resaltó que resultaría «útil» para entre un cinco y un veinte por ciento de pacientes en tratamiento por dependencia a opiáceos que «podrían ser tratados más efectivamente con este fármaco».
Por su parte, el presidente de la SET subrayó que la metadona «no ha pasado por todos los filtros por los que ha pasado la buprenorfina», que según dijo cuenta con un mayo número de ensayos clínicos.