Parecen bolsas de té en miniatura, con una sustancia blanca en su interior, metidas en envases llamativos. Pero no, no es té, ni tampoco chicles. Son bolsas de nicotina sintética, sólo eso, nicotina (no confundir con el snus, que son bolsas de tabaco y su color es marrón, que está prohibido salvo en Suecia). Algunas contienen la misma cantidad que 25 cigarrillos. Una manera de meterse nicotina en el cuerpo (se coloca en la boca) sin que nadie lo vea, lo huela o le moleste. Sus principales consumidores son, según las autoridades sanitarias, los jóvenes, un sector que ha dejado de lado los cigarrillos tradicionales para abrazar los vapeadores y estas bolsas de nicotina sintética, explica Laura del Horno, especialista en prevención del área de promoción de la salud de la Asociación Española contra el Cáncer.

¿Qué ocurre con este producto? Pues que como no contiene tabaco no está incluido en la regulación sobre el tabaco por lo que no le afectan las prohibiciones existentes, por lo que se venden y se consumen sin control. España (también Francia) quiere equiparar este producto al tabaco (también los cigarrillos electrónicos o vapeadores), pero la industria se lo está poniendo difícil.

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