Además de los consumidores que logran dejar el hábito, anualmente mueren en España 55.000 personas por enfermedades relacionadas con el tabaco, lo que supone una pérdida de consumidores para la industria tabaquera, que para mantener sus ganancias necesita 500 nuevos consumidores diarios.
Sin embargo, esos nuevos fumadores es difícil encontrarlos entre los adultos y, por el contrario, «son muy fáciles de reclutar entre los adolescentes». En Cantabria los fumadores se inician a los 13 años y la cifra total de consumidores se sitúa entre 130.000 y 140.000. El consumo de tabaco, que «se comporta como una epidemia silenciosa», se cobra en la región 500 vidas anuales y constituye además la primera causa de enfermedad y muerte evitable.
Por ello, una de las grandes apuestas de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales es el Plan de Control y Prevención del Tabaquismo, dentro del cual 420 personas de colectivos modélicos han participado ya en programas de deshabituación tabáquica y se ha logrado que a los seis meses el 75% de los participantes consiga mantener la abstinencia.
Todos estos datos fueron expuestos hoy por la consejera de Sanidad, Charo Quintana, con motivo de la presentación del I Seminario Internacional sobre Tabaquismo y Patología Psiquiátrica y de las IV Jornadas Nacionales de Actualización en el Control y Tratamiento del Tabaquismo, que se desarrollarán en Santander desde mañana miércoles al sábado.
El presidente del comité organizador de las Jornadas, Fernando Martín, destacó que la elección de Santander como escenario de esta cuarta edición «no es casual», porque la idea de crear la Sociedad Española de Especialistas en Tabaquismo (SEDET), organizadora del evento, nació en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cantabria. Precisamente la UC es la responsable del Seminario sobre Tabaquismo y Patología Psiquiátrica que se organiza este año por primera vez.
Expertos estadounidenses participarán en el seminario, mientras que distintos profesionales pasarán por las tres mesas redondas de las jornadas que se centrarán en el papel de los profesionales y los docentes y en la creación de espacios sin humo. Además, en la cena de clausura se entregará el premio de SEDET a la ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, y al Colegio Nacional de Odontólogos.
PREVENCIÓN Y CONTROL
En Cantabria a lo largo de todo el mes de mayo se celebrarán distintos actos en torno a la prevención y control del tabaquismo, que culminarán el martes 31 con la celebración del Día Mundial sin Tabaco. Todas esas actividades previstas para este mes, completan las acciones acometidas desde 2003 por la Consejería de Sanidad.
Según recordó Quintana, se han impartido 24 cursos para 400 profesionales de los centros de salud con el fin de formarles en el abordaje del tabaquismo. El 90% de los participantes en dichos cursos los han calificado como buenos o muy buenos.
COSTE SANITARIO
La consejera se refirió también al coste sanitario de las seis principales enfermedades relacionadas con el consumo del tabaco, que supera el 75% de lo recaudado por el Estado a través de los impuestos especiales y que, según matizó el director general de Salud Pública, Santiago Rodríguez, supuso unos 3.000 millones de euros en el año 2001, conforme a los resultados de un estudio de la Universidad Pompeu Fabra.
Quintana insistió por ello en que «la decisión sanitaria y económica más ventajosa para cualquier país es promover el abandono del tabaco», como sostienen la propia Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial, y recalcó que los recursos que genera la industria tabaquera «de ninguna manera compensan» ni económica ni sanitariamente a los estados.
Reconoció además la «contradicción» que supone que «la droga que más mata sea una droga legal» y defendió por ello la necesidad de establecer «pautas de convivencia» entre fumadores y no fumadores que, a su juicio, deben pasar por no fumar en la vida pública y dejar el consumo de tabaco «relegado» a espacios abiertos y lugares privados.
«ESTRAGOS» DEL TABACO
Por otro lado, Fernando Martín reflexionó sobre las polémicas en torno a las sustancias que añaden las tabaqueras para lograr que el tabaco sea más adictivo. A su juicio, los «estragos del tabaco» los causan las alrededor de 5.000 sustancias identificadas en la composición del humo, no las entre 400 y 500 sustancias que añaden las tabaqueras para «engañar entre comillas o modificar» ciertos aspectos del tabaco con el fin de hacer «más atractivo» el producto.
Finalmente, destacó el papel de la ayuda de profesionales para conseguir dejar el tabaco, ya que, según estudios británicos, entre el 60% y el 70% de los fumadores hace un intento al año por dejar de fumar y sólo entre el 3% y el 4% logra al cabo de un año seguir sin fumar sin ayuda, sin embargo, ese porcentaje se eleva al 40% ó 50% en el caso de quienes cuentan con ayuda profesional.