Por primera vez en 20 años, las muertes atribuibles al tabaco han descendido en España. Los últimos datos disponibles, correspondientes al año 2001, han registrado 1.380 fallecimientos menos, hombres en su mayoría. Sin embargo, un nuevo estudio resalta que este descenso es leve y que las cifras continúan siendo alarmantes: los cigarrillos causan una de cada seis muertes.

Desde que en el año 1978 se contabilizaron 37.259 defunciones por tabaquismo en la población española de 35 o más años, las cifras han aumentado progresivamente hasta alcanzar un tope de 55.613 fallecimientos en 1998.

El análisis realizado por José Ramón Banegas, miembro del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid, y su equipo explica que las últimas cifras disponibles -las de 2001- muestran un descenso hasta las «54.233 muertes atribuibles al tabaco, lo que supone el 15,5% de todas las defunciones», ocurridas en la población estudiada.

El 91% de estas muertes corresponde a varones -una de cada cuatro- y el 9% a mujeres -una de cada 34-, según destacan los autores españoles. Una cuarta parte de estos fallecimientos atribuibles al tabaco ocurre, de forma prematura, antes de los 65 años.

¿De qué se muere?

Cuatro causas son responsables de dos tercios de los fallecimientos: cáncer de pulmón, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cardiopatía isqúemica y enfermedad cerebrovascular. «Predominando la primera en el varón y la segunda en la mujer», apunta la investigación que se publicará el 28 de mayo en «Medicina Clínica».

Los expertos explican que el descenso experimentado en la mortalidad masculina atribuible a los pitillos tiene que ver con que, en general, están muriendo menos hombres. Se trata de un dato «relacionado con la intensa y mantenida reducción de su prevalencia de tabaquismo».

Por el contrario, el ensayo recalca que las defunciones en mujeres ascendieron durante todo el periodo estudiado debido, entre otros motivos, a que entre ellas está aumentando el hábito tabáquico.

De hecho, los autores añaden que «el ascenso de la mortalidad atribuible por cáncer de pulmón en mujeres (663 muertes en 1998 y 860 en 2001) es debido al aumento sostenido de su prevalencia de tabaquismo y del número de muertes por cáncer de pulmón».

«En todo caso, nuestra estimación es conservadora, al no haber considerado muertes perinatales y pediátricas relacionadas con el tabaco, muertes por tabaquismo pasivo o muertes por incendios relacionados con el hábito tabáquico, así como otras causas de fallecimiento de las que recientemente se dispone de evidencia sobre su relación causal con el tabaquismo […]», aclara el trabajo.

Su conclusión no hace concesiones al optimismo: «Hay que señalar que la imagen optimista derivada del probable cambio de tendencia en la mortalidad atribuible al tabaquismo no debe ocultar que el descenso observado es muy moderado y que la carga de mortalidad atribuible al tabaquismo en España sigue siendo muy alta»