El Plan de Drogodependencias de Barcelona prevé integrar la asistencia a los toxicómanos con la red de primaria. El objetivo es facilitar el ágil acceso a los usuarios e impedir que el consumo de ciertas drogas, como el cannabis y la cocaína, siga aumentando.
«Tenemos que acabar con las redes paralelas y este plan va camino de ello. Porque los enfermos plantean patologías polivalentes que afectan varias especialidades y que deben atenderse de forma integrada».
Así explicó Joan Clos, alcalde de Barcelona, la principal prioridad del Plan de Drogodependencias de Barcelona 2006-2008, que no es otra que vincular e integrar la atención a las drogodependencias con la red de asistencia sanitaria, en la presentación que tuvo lugar ayer, y en la que también participaron la presidenta de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, Imma Mayol y Marina Geli, responsable del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña.
«La atención a las drogodependencias no puede ni debe desligarse de la red asistencial. Por ello, nuestra voluntad es que los Centros de Atención y Seguimiento de las Drogodependencias (CAS) dejen de estar aislados y se instalen en los centros de atención primaria, ha añadido Mayol.

Actualmente la oferta de centros de apoyo y seguimiento alcanza los catorce, que atienden a 14.700 personas con problemas de drogadicción. De éstas 2.290 están incluidas en programas de metadona.
Por su parte, la consejera Geli defendió que los nuevos equipamientos se instalen en los recursos sanitarios ya existentes, como el caso de la narcosala que se inauguró el pasado verano en el complejo del Hospital del Valle de Hebrón y que ha despertado la oposición de los vecinos.
El alcalde mostró su preocupación por los cambios de tendencia en el consumo de drogas, que el plan aprobado quiere atajar. Los tres principales problemas que apuntó son la banalización en el consumo de cannabis, que lleva a su aumento, la disminución en la edad de inicio a todo tipo de drogodependencias y el incremento significativo en el consumo de cocaína, que «lleva a formas de patología mental muy graves que el sujeto no asume».
Según Clos, «la sociedad no está concienciada del riesgo que suponen la cocaína y el cannabis. Es necesario que impulsemos programas de formación e información y que acerquemos los servicios sanitarios a los jóvenes».

En contraposición a esta situación, el alcalde se ha felicitado por la disminución del consumo de heroína, debido, en parte, a los programas de prevención y abordaje impulsados.