Fin de semana, amigos, fiesta y en muchos casos alcohol y drogas. Los jóvenes malagueños coquetean con las sustancias estupefacientes sin tener mucha consciencia de los riesgos, pese a contar cada vez con más información. Así, uno de cada tres jóvenes que consumen drogas o alcohol lo hacen para evadirse de sus problemas, según revela un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Málaga (UMA). Profesionales sanitarios y expertos en comunicación están desarrollando el trabajo «Comunicación, Jóvenes y Salud» en el que se analiza la posición de la juventud malagueña ante conductas de riesgo como el consumo de drogas o alcohol, la sexualidad o los trastornos alimenticios.
Los últimos datos de este estudio revelan que los jóvenes -se han realizado 1.600 entrevistas a personas de entre 15 y 24 años de edad- ven en las drogas una válvula de escape y que se sienten invulnerables ante sus posibles efectos negativos. «Muchos actúan bajo el argumento de «a mí no me va a pasar». Tienen mucha información sobre los efectos y riesgos de las drogas, pero a la hora de la verdad siguen adelante sin pensar en las consecuencias», dice José María Coronado, director de la Escuela Universitaria de Enfermería y uno de los investigadores del proyecto. Para este experto sanitario, una de las conclusiones más claras de las encuestas es que más información no es igual a un cambio de conducta.
Mucha información
«Hoy en día los conocimientos que reciben los jóvenes sobre enfermedades como el sida o sobre los riesgos de conducir tras beber alcohol son muy amplios, pero eso no significa que vayan a dejar ciertas prácticas de riesgo», comenta Coronado.
Respecto al uso de las drogas para evadirse, los investigadores creen que en parte se debe a la comodidad de la vida de muchos adolescentes. «Tienen todas las comodidades, coche, móvil, recursos económicos y ven el compromiso, la vivienda o las relaciones familiares como algo problemático», dice José María Coronado. «La noche de los fines de semana es para ellos otro mundo en el que no estamos los adultos, aunque al final de la noche tengan que volver a sus casas», concluye.
Estos conocimientos sobre las drogas van unidos en muchos casos a una sensación de control sobre ellas. Los adolescentes tienen la percepción de dominar ese mundo y un 20% de los encuestados dice que lo pueden probar todo porque «controlan». Entre las sustancias más consumidas por los jóvenes destaca de manera evidente el alcohol (por encima del 85% de los encuestados) y el tabaco (75%). La mayoría afirma que beber alcohol anima y facilita las relaciones con los demás y un 20% considera que el al alcohol les resulta necesario a la hora de divertirse con sus amigos.
Entre las sustancias ilegales, el cannabis aparece en un 30% de los encuestados y la cocaína en el 10%. Además, uno de cada tres encuestados considera que fumar porros no es malo si no se abusa y un 40% dice que combinar éxtasis y alcohol no es perjudicial.
Las más frecuentes
Los resultados de la encuesta indican que el consumo de cocaína y de drogas de diseño como el éxtasis en más frecuente entre el grupo de mayor edad (de 20 a 24 años), frente a los adolescentes de entre 15 y 19 años. Estas cifras surgen de las 1.600 encuestas realizadas para el informe entre los jóvenes malagueños. Para ello los investigadores que han participado en la elaboración de este trabajo han dividido la capital en cuatro distritos y se han estudiado tres niveles socioeconómicos.
«Este estudio se hace sin ningún ánimo moralizante, simplemente se trata de conocer una realidad para poder actuar de manera correcta», concluye el profesor Coronado, que apunta que todos estos estudios se recogerán en un libro que se publicará en breve.