El problema radica en que los niños no sólo están jugando mucho, sino que sus juegos interfieren con su rendimiento escolar, trastornan la interacción con familiares y amigos pues dejan de convivir por estar «enajenados» todo lo que conlleva problemas de salud.
Expertos como Douglas A. Gentile, psicólogo del desarrollo y profesor asistente de la Universidad estatal de Iowa aseguran que «Lo que resulta más preocupante es el porcentaje total, el gran número de niños que tienen problemas verdaderos en sus vidas porque juegan videojuegos, y tal vez no sepan cómo detenerse».
Actualmente se está asociando la adicción a los videojuegos con el alcoholismo, sin embargo los investigadores han señalando después de décadas de investigación finalmente mostraron que el alcoholismo es una enfermedad.
Un estudio realizado en Nueva York se basó en datos de una encuesta nacional de mil 178 niños y adolescentes (de ocho a 18 años de edad). Las encuestas se llevaron a cabo en enero de 2007, y en ellas participaron alrededor de 100 niños de cada edad representada en la muestra.
Los niños completaron un cuestionario en línea usando varias escalas para evaluar sus hábitos de videojuegos. Se les plantearon preguntas como: «¿Alguna vez has jugado (videojuegos) como una vía para escapar de los problemas o los sentimientos negativos?» «¿Alguna vez has mentido a tu familia o amigos sobre qué tanto (videojuegos) juegas?»
Para medir el juego patológico en los niños, se adaptó criterios usados para diagnosticar ludopatía. Los jugadores se clasificaron como patológicos si exhibían al menos seis de los 11 criterios.
Los jugadores patológicos jugaban más frecuentemente y durante más tiempo, recibían peores calificaciones y eran más propensos a reportar tener problemas para prestar atención en la escuela que los jugadores no patológicos. También reportaron más problemas de salud asociados con jugar videojuegos, como dolor de manos y muñecas.
Tenían más del doble de probabilidades de haber sido diagnosticados con trastorno por déficit de atención (25 por ciento de los jugadores patológicos frente a 11 por ciento de los jugadores no patológicos). Y eran más propensos (24 frente a 12 por ciento) a reportar haber participado en peleas físicas en el año anterior.
«Creo que sí subraya que los padres y niños deben hablar sobre los juegos y algunas reglas», apuntó Cheryl K. Olson, codirectora y cofundadora del Centro de Salud Mental y Medios de Comunicación del Hospital General de Massachusetts en Boston.
Los padres piensan que su hijo tiene un problema, probablemente tengan razón y deben confiar en sus instintos. Los expertos señalan que cuando jugar videojuegos se vuelve compulsivo y causa que los niños falten a la escuela o no jueguen con los amigos, eso podría señalar otros problemas de salud mental.
Los especialistas señalan que lo que indica la adicción a los videojuegos apenas es la punta del iceberg ya que por lo general, se encuentran mucha depresión y ansiedad subyacentes en estos niños.
Importante
- El problema de que los niños jueguen videojuegos en exceso es que interfieren en sus relaciones familiares.
- Los adictos tienen bajo rendimiento escolar y dejan de jugar con sus amigos.
- Los jugadores patológicos juegan más, reciben peores calificaciones y tienen déficit de atención.
- La adicción a los videojuegos es sólo una señal de depresión y ansiedad.