Los nitazenos son una familia de drogas, situada dentro de los opioides, de la que creo que se va a hablar mucho en los próximos meses.

En parte, creo que esto va a pasar porque les veo potencial para convertirse en la nueva “droga del verano”, alguna sustancia no muy conocida que sirva para llenar titulares alarmistas y exagerar sus peligros. Es algo que solemos ver cuando no hay otra cosa sobre la que escribir: en algunos medios empiezan a aparecer titulares sobre alguna droga, a la que se atribuyen características ficticias –a veces, hasta el punto de no tener prácticamente nada en común con la droga real sobre la que se supone que se está hablando-, se exageran sus peligros y se le da un nombre que suene terrorífico y que sus consumidores, en realidad, nunca usarían, porque es un nombre rimbombante y aterrador inventado por la prensa, como la droga krokodil1, la droga caníbal2, la droga Hulk3 o la droga zombie4. La relación entre los efectos reales y el apodo que recibe, por cierto, es muy débil, si es que existe en absoluto.

Vista la tendencia, parece probable que los nitazenos se unan a esta lista, dado que en algunos medios ya están siendo catalogados como “la droga Frankenstein”5.

Sin embargo, en este caso, las posibles exageraciones al respecto no significa que los nitazenos no puedan ser peligrosos: pueden serlo, y mucho. Hay docenas de muertes ligadas a su uso en Estados Unidos6 y en Reino Unido7.

Como en el caso del fentanilo, el mayor peligro parece ser su presencia como adulterante en otra sustancia, sin conocimiento por parte de la persona que consume. Al ser más potentes que la sustancia adulterada, calcular la dosis correcta se dificulta enormemente: lo que en principio sería la dosis correcta para la sustancia que la persona cree estar consumiendo se convierte en una sobredosis mortal de nitazenos. La heroína es la principal candidata a sufrir este tipo de adulteraciones, por ser el opioide más consumido de manera ilegal. Adulterar otras sustancias no tendría mucho menos sentido, aunque, con el fentanilo, también se han dado casos en los que se ha hecho. Es triste y curioso que se sigan produciendo estas adulteraciones: cualquiera diría que provocar la muerte de la clientela no es una buena estrategia comercial.

Y también es curioso que, dada esta circunstancia, las noticias que comentan los peligros de los nitazenos rara vez aprovechen para destacar la importancia de los análisis de sustancias, que tienen un potencial enorme para ayudar a detectar la presencia de adulterantes peligrosos en una droga ilegal y, con ello, evitar sobredosis y salvar vidas8.

Pero, ¿de dónde sale esta familia de drogas? ¿Qué son exactamente?

Los primeros nitazenos, también llamados opioides benzimidazoles, se sintetizaron ya en los años 50, aunque no se comercializaron9. Básicamente, durante 60 años, nadie les dio uso ni se preocupó por ellos. No fue hasta 2019 cuando aparecieron por primera vez en el sistema de alerta temprana de la UNODC10.

Son opioides, lo que quiere decir que afectan a los mismos receptores del cerebro que sustancias presentes en el opio como la morfina (es decir, los opiáceos), no que sean derivados del opio. Los efectos de casi todos los opiáceos y opioides suelen ser muy similares: reducen la actividad del sistema nervioso central, provocando una sensación de relajación. Aumentan mucho la tolerancia al dolor –lo que les da cierto potencial como analgésicos o anestésicos-, también pueden calmar la tos o la diarrea –o producir estreñimiento, de hecho- y, cuando se produce una sobredosis, lo que lleva a la muerte suele ser la depresión respiratoria. También hacen que las pupilas se contraigan, lo que puede ser una señal muy característica. Son sustancias a las que se puede desarrollar tolerancia con una gran facilidad, de manera que una persona adicta necesita dosis mucho más altas que una persona que nunca las haya probado para conseguir los mismos efectos. Tienen un gran potencial adictivo y, una vez se produce la adicción, aparece un síndrome de abstinencia con efectos similares a los que tendría una gripe, que pueden llegar a ser muy intensos y extenderse durante varios días.

Al ser los opioides tan similares en sus efectos, cuando aparece uno nuevo, ya sabemos, más o menos, lo que puede hacer: lo que tenemos que preguntarnos es cómo de potente es, es decir, cuál es la dosis necesaria para que haga efecto.

Y la potencia de los nitazenos varía enormemente: algunos, como el metodesnitazeno, son menos potentes que la heroína9. Otros, en cambio, son mucho más potentes: el metonitazeno es unas 50 veces más potente que la heroína (más o menos, como el fentanilo), y el etonitazeno es unas 10 veces más potente que éste último7 (que no 40 veces, como informan incorrectamente algunos medios11). No son los opioides más potentes que existen (hay algunos derivados del fentanilo que superan también estas cifras12), pero son muy potentes: lo bastante como para que una cantidad diminuta, en torno a los 2 mg en el caso del metonitazeno, o 0,2 mg de etonitazeno, pueda producir una sobredosis letal.

Tampoco hay necesidad de exagerar esa potencia fingiendo, por ejemplo, que podría producir una sobredosis en una persona que tocara esta sustancia con sus manos desnudas. Lo cierto es que uno podría empapar su mano entera con una solución de fentanilo sin notar el efecto más leve13, pero la DEA (en una nota de prensa que tardó cinco años en retirar) y, por consiguiente, muchos medios de comunicación, difundieron el bulo de una sobredosis inmediata al contacto con la piel desnuda. Esto dio lugar al curioso fenómeno de policías estadounidenses mareándose o desmayándose ante la sospecha de haber tocado fentanilo. Por supuesto, los síntomas que experimentaban eran los de un ataque de pánico, no los del fentanilo; y de hecho, en algunos casos, ni siquiera había el menor rastro de fentanilo u otros opioides en la sustancia de la que sospechaban14. Dado que este bulo sigue reproduciéndose y hay nitazenos más potentes que el fentanilo, supongo que es sólo cuestión de tiempo hasta que se aplique también a éstos.

También podría ser conveniente remarcar, aunque pueda parecer obvio, que la potencia no es sinónimo del potencial para desarrollar una adicción. Que el fentanilo sea 50 veces más potente que la heroína significa que, para conseguir los mismos efectos, basta con una dosis 50 veces menor, no que al consumirlo haya 50 veces más posibilidades de desarrollar una adicción; y lo mismo se puede aplicar a los nitazenos. Mayor potencia no significa mayor potencial adictivo, aunque algunos medios insistan en lo contrario15.

Para todas estas sustancias existe un antídoto asombrosamente eficaz: la naloxona. Un antagonista de los receptores opioides, disponible en formato inyectable o como spray antinasal, puede revertir una sobredosis y evitar la muerte de la persona. Una enorme ventaja es que es sólo un antagonista y nada más: no tiene ningún efecto secundario. Si se le suministrara naloxona a una persona que no la necesita, no pasaría absolutamente nada. La única consecuencia negativa que podría tener su uso sería la aparición de los síntomas del síndrome de abstinencia en una persona adicta, puesto que, al suministrarse esta sustancia, a todos los efectos, sería como si no hubiera habido un consumo de opioides en los últimos minutos16.

En el caso de algunos nitazenos, la naloxona también funciona, pero hay algunos inconvenientes extra: esto se debe a que la duración de los efectos de estos opioides es mayor que la de muchos otros. Puesto que los efectos pueden durar más que los de la naloxona, es perfectamente posible que una persona sufra una sobredosis, esa sobredosis sea revertida mediante la administración de naloxona pero, unos tres cuartos de hora después, los síntomas de la sobredosis vuelvan a aparecer. Esto ya pasaba con otras sustancias, pero en el caso de los nitazenos es mucho más frecuente. En un estudio del año pasado dedicado a analizar cuántas dosis de naloxona tuvo que administrar el personal sanitario a personas que estaban sufriendo una sobredosis de opioides, se observó que, de entre quienes sufrían una sobredosis de fentanilo, el 36,4% requirió dos o más dosis de naloxona, y de entre quienes sufrían una sobredosis de nitazenos, hasta el 66,6% requirió dos o más dosis17. Así pues, parece que, para salvar a una persona que esté sufriendo una sobredosis de nitazenos, convendría que las dosis de naloxona fueran más altas, además de ser varias dosis espaciadas en el tiempo.

Por último, cabe preguntarnos: ¿hasta qué punto puede ser un problema la aparición de nitazenos en el mercado?

Sin caer en alarmismos, es verdad que hay razones para preocuparse. Y la que quizá sea la principal razón tiene que ver con razones geopolíticas: el hecho de que el nuevo régimen talibán afgano haya prohibido las plantaciones de opio.

Esto ha llevado a que, según se estima, el opio producido en Afganistán en 2023 con fines ilegales sea el 5% del que se produjo en años anteriores. Se calcula que este país ha llegado a producir hasta el 80% del opio destinado a fines ilegales del mundo, lo que, básicamente, significa que el mercado global de la heroína depende en gran medida del opio de origen afgano18.

Suelen pasar doce meses entre que se cosecha el opio en Afganistán y aparece heroína en el mercado europeo. Así pues, aún no se nota una escasez de heroína en Europa, pero es probable que empecemos a verla a lo largo de los próximos meses. En algunos lugares del mundo ya se puede estar intentando llenar el hueco dejado por Afganistán: por ejemplo, en Myanmar, que ahora es el principal productor de opio, el cultivo ha aumentado un 18% en 202319, pero eso sólo significa alcanzar la sexta parte de lo que se producía en Afganistán en 2022.

Y todo esto nos lleva, claro, a que, al no haber heroína pero sí demanda de ella, se multiplican las posibilidades de que proliferen otros opioides, ya sea vendiéndolos como tales o usándolos para adulterar la poca heroína que se pueda conseguir.

En una situación así, ciertamente, los nitazenos más potentes pueden llegar a ser una amenaza considerable. Queda por ver si se adoptarán o reforzarán políticas que ayuden a reducir los posibles daños de este escenario.

 

1Detectan por primera vez en España el consumo de una nueva droga, ‘krokodil’. Onda Cero, 29/6/2016.

2La ‘droga caníbal’ aparece en Ibiza. El Mundo, 22/7/2015.

3Alertan por droga que convierte a adictos en ‘Hulk’. Sipse, 12/8/2018.

4¿Qué es el fentanilo, la “droga zombie” que ya ha llegado a España? El Periódico, 16/9/2023.

5Alarma por la llegada del nitazeno, la droga Frankenstein más fuerte que el fentanilo. El Plural, 28/2/2024.

6Roberts A, Korona-Bailey J, Mukhopadhyay S. (2022) Notes from the Field: Nitazene-Related Deaths — Tennessee, 2019–2021. MMWR Morb Mortal Wkly Rep;71:1196–1197.

7Holland et al. (2024) Nitazenes—heralding a second wave for the UK drug-related death crisis? The Lancet Public Health, 9:2, E71-E72.

8Maghsoudi N, Tanguay J, Scarfone K et al. (2022) Drug checking services for people who use drugs: a systematic review. Addiction, 117: 532-544

9Ujváry et al. (2021) DARK Classics in Chemical Neuroscience: Etonitazene and Related Benzimidazoles. ACS Chem. Neurosci. 2021, 12, 7, 1072–1092

10UNODC Early Warning Advisory (EWA) on New Psychoactive Substances (NPS)

11Alarma en Europa por los nitazenos, las llamadas “drogas Frankenstein”, 40 veces más potentes que el fentanilo. La Razón, 27/2/2024.

12Meert TF, Lu HR, van Craenndonck H, Janssen PA (1988). Comparison between epidural fentanyl, sufentanil, carfentanil, lofentanil and alfentanil in the rat: analgesia and other in vivo effects. European Journal of Anaesthesiology. 5 (5): 313–21

13Feldman R, Weston B (2022). Accidental Occupational Exposure to a Large Volume of Liquid Fentanyl on a Compromised Skin Barrier with No Resultant Effect. Prehospital and Disaster Medicine , Volume 37 , Issue 4 , pp. 550 – 552

14Beletsky et al (2020). Fentanyl panic goes viral: The spread of misinformation about overdose risk from casual contact with fentanyl in mainstream and social media. Int J Drug Policy. 2020 Dec; 86: 102951.

15El fentanilo en España, a «años luz» de EE.UU. pero igual de adictivo: «La morfina comparada era agüita para mí». RTVE, 18/11/2023.

16Preguntas frecuentes sobre la naloxona. Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

17Amaducci, A et al (2023). Naloxone Use in Novel Potent Opioid and Fentanyl Overdoses in Emergency Department Patients. JAMA Netw Open, 6 (8)

18EU Drug Market: Heroin and other opioids — Production of opioids (2024) European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction.

19Birmania supera a Afganistán como el mayor productor de opio del mundo. Euronews, 12/12/2023.