Algunos se consideran simples fanáticos, otros adictos, aunque todavía existe un debate entre psicólogos para determinar si la adicción a Internet es un nuevo enfoque de este conocido mal, es indudable que la tendencia a utilizar el messenger como medio para mantenerse en contacto con amigos y conocidos aumenta a pasos agigantados.

«Hay personas que revisan el messenger antes de acostarse a dormir y al levantarse», comenta Fajardo, confesándose como una de ellas.

La adicción que crea este tipo de programas ha llevado a compañías e instituciones educativas a prohibir y bloquear el messenger en sus instalaciones. «Haz un trabajo o escribe un texto con el messenger abierto y luego sin éste. El rendimiento aumenta considerablemente porque no posees una distracción. Hay personas que no pueden evitar abrir el messenger, con todo y las desventajas que tiene», agrega Fajardo.

Las principales ofertas de los servicios, como los emoticons, las conversaciones de voz, las videoconferencias y los juegos en línea, sólo empeoran el problema.

Hasta ahora se ha propuesto un modelo de clasificación de los adictos a Internet, dentro de la cual los adictos a messenger encajarían en la segunda categoría.

La primera recoge personas aficionadas e interesadas por las computadoras, que utilizan la red para buscar información o jugar en solitario, sin establecer contacto interpersonal. La segunda se refiere a quienes frecuentan todo lo relacionado a hacer vida social.