Alrededor de siete mil jóvenes de pueblos alaveses, de entre 14 y 18 años, participarán este curso en un nuevo programa de prevención de drogodependencias ofertado por el Instituto foral de Bienestar Social.

El proyecto, denominado «Arinago», consta de cuatro unidades didácticas que se distribuirán en los institutos alaveses que imparten Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO). Aquí es donde se concentra uno de los principales grupos de riesgo. En estos momentos, la edad de comienzo del consumo ronda los 13,5 años en el caso del alcohol y el tabaco; 14,5 para los porros y los 15,5 ó 16 para las pastillas, según los datos que maneja el Plan Nacional sobre Drogas.

El programa otorgará un papel estelar a los centros educativos y a las familias, que desempeñan una tarea «fundamental» en el ámbito de la prevención.

El papel de la familia

Con este material, los profesores y los padres dispondrán de información para tratar con los jóvenes asuntos como la atracción por el riesgo o las formas de ocio durante los fines de semana. «Nuestro objetivo es evitar el consumo de sustancias adictivas o, por lo menos, intentar disminuir sus efectos en la medida de lo posible», apuntó ayer el diputado foral de Bienestar Social.

Enrique Aguirrezábal también se refirió a la «poca colaboración» que encuentran en el Departamento de Asuntos Sociales del Gobierno vasco, dirigido por Javier Madrazo, a la hora de tratar asuntos como la prevención de las drogodependencias, tal y como censuró el lunes el delegado gubernamental del Plan Nacional sobre Drogas, Gonzalo Robles.