Los españoles tenemos una idea bastante acertada de cuáles son los hábitos de vida saludables (no fumar, comer sano, hacer ejercicio…), salvo por una importantísima excepción:

Fallamos estrepitosamente en nuestra percepción acerca de los peligros asociados al consumo de alcohol.

Y no es de extrañar. Somos un país de bares, turismo y relaciones sociales alrededor de cervezas, vino y copas.

Consideramos la cultura del alcohol como una parte esencial de nuestro estilo de vida.

Y además estamos convencidos de que «sabemos beber”.

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