Las llamadas bebidas «energéticas», esas mezclas embotelladas o enlatadas que contienen cafeína, extractos de plantas, azucar y otras sustancias, están alcanzando altos niveles de ventas entre jovenes y adultos. Todas ellas tienen en común el contenido de cafeína, teína u otros alcaloides con propiedades estimulantes.
Hay quien las consume combinadas con alcohol para «mantenerse despierto» las noches de juerga y discoteca. También está muy extendida, entre los estudiantes, la costumbre de ingerirlas en época de exámenes para «concentrarse mejor». E incluso, algunos deportistas aseguran que incrementan su rendimiento. Sin embargo, expertos de varios países no las consideran tan inofensivas como aseguran sus fabricantes.
Cafeína, ¿la gran culpable?
La cafeína es una sustancia sólida, amarga y soluble. Contrario a la creencia popular, la cafeína no sólo se encuentra en el café, sino que muchos otros productos la contienen, como los refrescos de cola, el té, el mate, el chocolate y el guaraná, de manera, que este componente es muy accesible.
A dosis moderadas, la cafeína produce efectos agradables en el organismo. Es un tónico cardíaco, lo que conduce a un pulso más amplio y fuerte y a un aumento temporal de la tensión arterial. Por otra parte, actúa sobre el sistema nervioso, por lo que facilita el trabajo intelectual y la actividad muscular.
Estos efectos se pueden considerar como provechosos, pero fácilmente se pueden tornar en perturbaciones importantes -ansiedad, excitación cerebral, insomnios, delirio, alucinaciones, temblores y depresión- cuando el consumo de cafeína aumenta notablemente.
No obstante, la cafeína no constituye el único motivo de preocupación. Algunos investigadores están inquietos por la aparición de nuevas bebidas con sustancias estimulantes como ginseng, guarana, taurina o efedrina. No hay que olvidar que la mezcla de cafeína y efedrina puede provocar problemas cardiacos. Conviene tener en cuenta también que algunos productos de esas características poseen una elevada cantidad de taurina (un aminoácido), cuyos efectos a largo plazo no han sido estudiados hasta el momento.
Por otra parte, frente a quienes sostienen que esos productos no son nocivos si el cuerpo esta bien hidratado, no faltan voces que afirman que la combinación de esas bebidas con el alcohol es un coctel explosivo de efectos retardados para el organismo, dado que supone mezclar estimulantes con depresores del sistema nervioso. Además, hay que tener en cuenta que la cafeína y el alcohol son diuréticos, por lo que podrían aparecer problemas de deshidratación si no se ingiere agua en cantidad suficiente.
A falta de investigaciones de mayor profundidad y alcance, lo aconsejable es moderar el consumo de esas bebidas, procurar no mezclarlas con alcohol, beber agua para evitar la deshidratación e intentar estar informados sobre los estudios que se vayan elaborando sobre sus efectos a corto, medio y largo plazo.