Un relevamiento sobre adicciones realizado a un total de 120 estudiantes de la Universidad Nacional del Litoral, evidenció que el 74% de los consultados consume bebidas alcohólicas al menos una vez por semana, mientras que el 19% lo hace al menos dos veces por semana. En cuanto al cigarrillo, el 31% de los estudiantes encuestado dijo que fuma, en tanto que el 50% de ese total manifestó que fuma entre cinco y veinte cigarrillos diarios.La Organización Mundial de la Salud (OMS) entiende que droga es «toda sustancia que, introducida en el organismo por cualquier vía de administración, produce una modificación de su natural funcionamiento».
Sin embargo, a pesar de esta y otras definiciones que lo aclaran y de la opinión de los especialistas, sólo el 2% de los jóvenes considera que el alcohol es una droga, y ninguno de los consultados mencionó al cigarrillo como tal.
Qué entendemos por drogas y adicción
La palabra adicto proviene del latín y está compuesta por los términos «a» (sin) y «dictio» (expresar/decir). «El adicto es aquella persona que no dice, que vuelca todo hacia adentro, y sale de ese encierro y esclavitud consumiendo sustancias, «diciendo» a través de otras cosas», explicó la especialista en adicciones Elena Cánaves, docente del Programa de Ciencias Médicas de la UNL.
Pero también es importante clasificar a las drogas en lícitas e ilícitas. «Asimilamos la palabra droga a lo ilícito y, en realidad, de esta manera soslayamos las consecuencias que generan otras drogas que son lícitas y están aceptadas socialmente», manifestó Cánaves y aclaró «el caso del tabaco y el alcohol son muy claros: no están prohibidos y son drogas de entrada, es decir, son el primer paso hacia las drogas ilícitas».
La clasificación lícito-ilícito y lo que la sociedad acepta o rechaza es, sin dudas, determinante. El relevamiento realizado a los estudiantes lo confirma: sólo un encuestado reconoció consumir drogas o estupefacientes, mientras que el 31% manifestó tener amigos que lo hacen.
Causas que llevan al consumo
Hay muchas causas que generan las adicciones. Según Cánaves, «la disgregación de la familia -que genera que el individuo busque contención fuera del hogar- y la falta de pertenencia a un grupo -que lleva al sujeto a adoptar normas de consumo para pertenecer a alguno de ellos- son los principales motivos que determinan el ingreso al mundo de las adicciones».
Desde la Fundación Renacer -entidad santafesina dedicada a la orientación, asistencia y prevención de drogadicción-, Rosa María Luppotti considera fundamental el problema de la desocupación, sobre todo en los adultos. «La persona comienza a padecer el desmerecimiento familiar; pero después sigue el desprecio personal y, finalmente, la violencia. Generalmente, si es hombre se vuelca al alcohol, y si es mujer a los psicofármacos», destacó Luppotti.
En cuanto a los adolescentes, Marcela Romera -la docente de la carrera de Medicina de la UNL y psicoanalista- sostiene que «el tema del ideal es muy importante. En nuestra cultura, la figura del padre fue siempre un ideal. Pero hoy, los adolescentes no tienen más esa figura, que sirve como ordenador. Y, además, es tal la velocidad del consumo y de las cosas que van cambiando, que los padres cada vez entienden menos. O sea: la brecha se hace cada vez mas grande». En tal sentido, Luppotti aconseja prestar atención, «porque los chicos siempre te anuncian, pero los padres no tienen ganas de escucharlos o están muy ocupados, y esta falta del grupo familiar es fundamental».
Otras adicciones
Pero no todas las adicciones están relacionadas con drogas. Los especialistas también señalan otras como por ejemplo, el juego, el trabajo, la comida, la automedicación y la computadora. «El ciber, por ejemplo, genera una adicción psicológica que hace daño porque «crea» chicos más agresivos», señaló la especialista en adicciones y tutora en el Programa de Ciencias Médicas de la UNL, Bioq. Gabriela Fiorenza.
Entre la lista de fenómenos nuevos, «también podemos identificar las bebidas energizantes que se consumen en pubs y boliches. Se trata de bebidas analcohólicas que tienen cafeína (un estimulante nervioso), taurina (un aminoácido) y otras sustancias que estimulan el sistema nervioso», explicó Fiorenza y agregó que «en Chile, por ejemplo, son de uso restringido y se venden exclusivamente en farmacias».
Pero eso no es todo. Muchos jóvenes estudian, trabajan, salen de noche y, además, pretenden tener ese cuerpo ideal que «enseña» diariamente la televisión. Y si a estas características propias de nuestra cultura actual se suman una dieta y un descanso inadecuados, «aumenta la predisposición de los jóvenes a recurrir a cualquier tipo de sustancia que les permita mantener ese ritmo de vida», señaló Fiorenza. «El punto es que los jóvenes no busquen rendir más, sino hasta donde su organismo se los permite», aconsejó Fiorenza y concluyó que es necesario «descansar en la medida que las obligaciones de cada uno lo permitan.
Recurrir a cualquier tipo de sustancias no es beneficioso para el presente, y menos para el futuro».