Motivado por la demanda de los colegios de participar en este tema, el organismo provincial implementó el programa Conect@te. En ese marco, bajo el concepto de un trabajo articulado, el Consejo General de Educación declaró de interés educativo el programa mediante resolución 1900/2010.

Se ideó entonces un programa porque pedagógicamente se estima que las charlas tienen un impacto a corto plazo, y se estableció como espacio de trabajo el aula, porque de esa manera se llega a todos los chicos inmersos en el ámbito educativo. “A través de talleres en el aula, se conocen y construyen recursos en materia de prevención a los que se les puede hacer un seguimiento a través de los años”, destacó el titular de la Selca , Mario Elizalde.

“Los destinatarios de Conect@te son adolescentes a partir de los 15 años que están insertos en el ámbito de la escuela secundaria porque es el espacio en común donde conviven por más tiempo, se identifican, crean vínculos y también donde comienzan a tener contacto con temas relacionados al uso indebido de drogas”, advirtió el funcionario.

Es decir, “la prevención se realiza mediante la promoción de la salud al estimular la interacción social, brindar información fáctica y suficiente acorde a las edades, y promover el autocontrol, la autoestima, el respeto y la responsabilidad de sus actos, siempre con el horizonte de involucrar a toda la comunidad”, remarcó.

Para ello, el programa se fijó como objetivos prevenir el uso problemático de drogas, reducir la edad de inicio de consumo y promover las competencias necesarias para lograr una transición saludable desde la adolescencia hacia una madurez libre de adicciones.

Además, a través de Conect@te, se pretende capacitar líderes juveniles como agentes multiplicadores entre sus pares y conformar equipos de formadores en diferentes municipios e instituciones de la provincia.

A tres años de su implementación, los promotores de esta propuesta quieren ampliarla y hacerla extensiva al jardín de infantes y a la escuela primaria. “Dentro de las discusiones de los jóvenes surge que sería bueno que se den desde los 12 ó 13 años y a los más chicos, por lo cual ya hemos programado cómo vamos a integrar de diferentes formas desde la primaria y el inicio escolar”, adelantó Elizalde.

Los objetivos del programa

El responsable del programa es el subsecretario de Prevención, Capacitación y Programación, Mario Tizzoni, quien brindó precisiones respecto su alcance: “El programa está orientado a la superación del sujeto como persona y al fortalecimiento de los factores protectores asociados al individuo para acompañar su desarrollo personal”, sostuvo el funcionario.

Por lo cual, “la capacitación se da en prevención del uso problemático de drogas y enseñanza de habilidades para la vida, mediante el ejemplo, la práctica, la aplicación y la transmisión de las mismas a sus pares y a su entorno”, puntualizó Tizzoni.

Es decir, “Conect@te busca concientizar acerca de los efectos dañinos del uso indebido de drogas, y lo hace mediante la prevención y la enseñanza de habilidades para la vida, pudiendo aplicarse tanto dentro como fuera de las instituciones educativas”.

Modalidad

Tizzoni explicó que la modalidad de trabajo es transformar los contenidos teóricos en vivencias prácticas y cotidianas para demostrar que el cambio es posible con la participación de los jóvenes.

En rigor, el programa “brinda a los adolescentes un espacio en común, en el que se valora la comunicación, la expresión y el intercambio de ideas entre sus pares. La capacitación es mediante la información fáctica, sin contradecir las experiencias personales, sino guiándolas para favorecer la confianza en los consejos de los capacitadores”, precisó el subsecretario de Prevención, Capacitación y Programación.

El programa consta de tres talleres que brindan al alumno un espacio reflexivo, de pertenencia y donde pueda discutir con sus pares este problema. En el primer taller, “se proyectan publicidades sobre alcohol, tabaco y energizantes para abrir la problemática y la discusión sobre las publicidades”. Con esto, comentó Tizzoni, “se pretende que los alumnos tengan una evaluación crítica de las mismas, para luego evaluar entre ellos lo que significa cada publicidad”.

En el segundo taller, “se trabaja más sobre los valores de cada persona y de la fortaleza que tiene cada individuo como joven. A partir de allí, se marcan premisas y se trabaja en diez puntos para decirle no a las adicciones. Es un trabajo de ida y vuelta, donde ellos juegan y sin querer se enganchan”, relató quien diseñó el programa.

Dicho esto, Tizzoni comentó algunas dinámicas para dar cuenta de la iniciativa. “Se otorgan puntos por cada vaso de vino o cerveza que toman y eso les da una sumatoria. Lo que sale, es cómo les daría el resultado si la Policía les hace el test de alcoholemia”, ejemplificó. También contó que se trabaja sobre verdadero o falso de preguntas y mitos, se brinda información y se dan preguntas para que se respondan en la casa.

Por último, en el tercer taller hay una evaluación de la respuesta de los adolescentes. “A partir de las respuestas, y por medio de canciones, teatro, música, pintura y/o fotografía, hacen una representación que en ocasiones podemos premiar”.

Evaluación

En 2011 se incorporó al programa el estudio analítico, estadístico y epidemiológico del que se desprenden datos importantes de la población bajo programa. El subsecretario de Prevención comentó que se trabajó en toda la provincia y destacó que, “en el interior, Conect@te tuvo mucha aceptación por parte de las instituciones educativas como también por los beneficiarios directos del plan”.

Tizzoni advirtió por último que “la incidencia del programa en cuanto a revertir prácticas, es un trabajo de años”, pero remarcó que la prevención “es un mensaje puntual”.

Datos

De lo hecho durante este año, la Selca ha ido llevando una estadística. De los resultados, “lo primero que ha surgido es que el uso del alcohol es la primer droga legal de abuso, y el inicio se está dando entre los 13 y 14 años, lamentablemente”. En ese sentido, dijo que “no con mayor frecuencia, el mayor consumo se registra entre los 18 y 21 años, que alcanza entre el 80 y 85 por ciento de uso”.

Por otro lado, Tizzoni comentó que “es muy escaso el contacto con la marihuana en los adolescentes de colegio secundario”. Sin embargo, advirtió que “no es así la situación que se ha dado en los colegios nocturnos donde ya la edad y la problemática social y laboral es otra”.

Otro dato a tener en cuenta, es la sorpresa que les provoca a los chicos saber lo que contienen los energizantes y el daño que provocan. Por último, el funcionario comentó que los chicos también se sorprenden por “el daño que provoca la marihuana y cómo se ha alterado la genética porque ahora es diez veces más potente de la que se consumiría en 1960. Se sorprenden y la toman como una droga pesada”, concluyó.