Desde que fue padre a los 30 años, Marcos Mazza ha tratado de dejar de fumar en reiteradas ocasiones. «Siempre lo hice por mi cuenta, tomando recetas y consejos de otras personas, pero nunca pude estar más de diez días sin fumar», contó Marcos, que finalmente, con 38 años, ha logrado estar un mes alejado del cigarrillo gracias a un tratamiento que combina fármacos con terapias grupales.

La venta de medicamentos como los que están ayudando a Marcos a combatir el hábito de fumar han experimentado un gigantesco crecimiento entre 2005 y 2009, según revela un informe del Observatorio de Medicamentos, Salud y Sociedad de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA).

«Mientras que el índice de crecimiento acumulado del mercado total de medicamentos fue del 28% en el mismo período, el índice que corresponde al segmento antitabáquico creció un 627%», dijo a LA NACION el farmacéutico Carlos Gurisatti, director del observatorio.

«Percibimos un aumento en la cantidad de gente que consulta para dejar de fumar», confirmó la doctora Verónica Schoj, coordinadora del Programa de Control de Tabaco del Hospital Italiano, que señaló que si bien se dan picos de aumento en la consulta -como ocurrió recientemente con la muerte de Sandro-, «no tengo dudas de que esto es el resultado de la promoción de los ambientes libres de humo».

«Hace diez años, la mayoría de la gente que consultaba para dejar de fumar lo hacía por motivos de salud -recordó Schoj-, pero en los últimos años ha aparecido un porcentaje cada vez más alto de personas que dicen que se sienten excluidas socialmente, que se sienten un bicho raro porque fuman y a la hora de la sobremesa tienen que levantarse para salir a fumar…»

Otra de las causas a las que Gurisatti atribuye el aumento es la mayor oferta de productos para dejar de fumar: «El mercado argentino pasó de tener dos marcas a tener cinco, y de dos formas farmacéuticas a tener cuatro -precisó-. Además, el precio de los productos que no contienen nicotina aumentó sólo un 10%, mientras que prácticamente no varió el precio de los sustitutos de la nicotina».

Gurisatti aclaró que los datos del informe del observatorio sólo abarcan la venta en farmacias, y no la venta en quioscos (que actualmente está prohibida en todo el país), que representan un punto de venta importante para los chicles y los caramelos de nicotina. «Si tomáramos en cuenta la venta en quioscos, el aumento probablemente sería aún mayor.»

Tratar y dejar

Es indudable la utilidad de los fármacos en el contexto de un tratamiento de cesación del tabaco: «Entre el 35 y el 40% de quienes realizan un tratamiento intensivo para dejar el cigarrillo, que incluye fármacos pero también un tratamiento conductual, sigue sin fumar al año de comenzado el tratamiento -apuntó Schoj-. Cuando los fumadores dejan por su cuenta, sólo el 5% sigue sin fumar al año de haber dejado».

De todos modos, Schoj no desalienta esos intentos: «A nivel mundial, tres de cada cuatro fumadores han dejado de fumar espontáneamente sin haber pedido ayuda. Es muy importante estimular a los fumadores a que lo intenten por sí mismos y para eso son extremadamente útiles las medidas de salud pública, como los ambientes libres de humo, el aumento del precio de los cigarrillos y la eliminación de la publicidad, que generan un entorno que ayuda a que los fumadores dejen espontáneamente».

Quienes no lo logren solos pueden recurrir a tratamientos que incluyan psicoterapia y fármacos. Pero estos últimos sólo deben ser utilizados con consejo profesional, advirtió Schoj. «Los sustitutos de nicotina que son de venta libre no tienen efectos adversos, pero usados mal no tienen efecto alguno. En cuanto a los que se venden bajo receta, como el bupropión o la vareniclina, éstos son psicofármacos que pueden tener efectos adversos importantes y poseen además contraindicaciones precisas, por lo que deben ser prescriptos por un médico.»

 Se toma un psicofármaco para controlar la ansiedad y las ganas de fumar, pero acude además a un grupo terapéutico: «Es muy útil -aseguró-, porque nos van diciendo qué es lo que vamos a sentir al dejar de fumar, cuáles van a ser los síntomas y nos dicen cómo combatirlos».

EN CIFRAS

82 PESOS  por meses el costo mínimo de los parches de nicotina, que son los sustitutos de nicotina más baratos.

.337 PESOS por mes de tratamiento  es el costo de un comprimido diario de bupropión, el psicofármaco antitabáquico más barato. La vareniclina cuesta unos 462 pesos al mes.

.40.000 argentinos mueren cada año como resultado de enfermedades causadas por el consumo de tabaco.

CON GANAS DE DEJAR DE FUMAR

El 7,2% de los fumadores de la Argentina (unas 466.000 personas) estaba considerando dejar de fumar cuando el Ministerio de Salud realizó su última encuesta al respecto.