Años sesenta del siglo pasado en la televisión española. Una chica de melena lisa y rubia mira a cámara apoyada en la barra de un bar lleno de personajes masculinos. Sujeta una botella de brandi y repite “Soberano es cosa de hombres”. Una década después, los anuncios de alcohol no habían variado demasiado: Otra mujer rubia monta un caballo blanco tan solo ataviada con una camiseta. Es la ensoñación de un hombre trajeado copa de Terry en mano. Al final del spot, una voz dulce dice “Usted sí que sabe”.

En aquel momento, los dos canales de televisión que casi todo el mundo veía en nuestro país eran las plataformas de difusión y marketing más poderosas para la industria del alcohol. Hay otro anuncio que dura más de un minuto –más de 800.000 visionados en YouTube– y clama al cielo. Para promocionar un coñac cuenta la historia de una mujer que acude a una pitonisa para saber qué puede hacer ante un marido que cuando llega a casa no le da un beso, está siempre de mal humor e incluso le monta broncas y le pega bofetones. La vidente le dice: “Has pensado que tu marido trabaja muchas horas y tiene derecho, cuando llega a su hogar, a encontrar un agradable recibimiento. Mira aquí y procura que nunca le falte la copita de coñac. Verás como no falla”. La mujer dirige su mirada a la bola de cristal y ve a su marido sentado en el sillón leyendo el periódico, ella le lleva su dosis alcohólica y él se muestra contento y cariñoso.

Leer el artículo completo en atresmedia.com