Separar por sustancias a las personas que piden ayuda para dejar las drogas es cada vez más difícil, ya que la mayoría son politoxicómanos. Es uno de los principales cambios que ha notado en los últimos años Marina Lloves, responsable del Centro de Atención a las Drogodependencias (CAD), que ayer presentó la memoria del año pasado. El documento pone de manifiesto que aumenta el número de consumidores de heroína, cocaína, cannabis y alcohol que piden ayuda para dejar estas sustancias y que dos de cada diez sufren recaídas a lo largo de todo el proceso, que puede durar varios años.
El número de personas atendidas en el Centro de Atención a las Drogodependencias (CAD), dependiente del Consell de Eivissa, se incrementó un 12 por ciento en 2008, según aseguraron ayer la consellera insular de Política Sociosanitaria, Patricia Abascal, y la responsable de este servicio, Marina Lloves. Así, durante todo el año pasado solicitaron ayuda para dejar sustancias y comportamientos adictivos un total de 835 personas. Casi la mitad de ellas habían iniciado sus tratamientos en esta entidad antes de que comenzara 2008. Además, dos de cada diez no era la primera vez que intentaban dejar las drogas.
Tanto Marina Lloves como Patricia Abascal se mostraron convencidas de que este incremento se debe, no tanto a que haya aumentado el consumo, como a que cada vez la gente es más consciente de sus adicciones y solicita ayuda para dejarlas. «La gente está más dispuesta a superar sus problemas con las drogas y tiene un mayor conocimiento de este servicio», apuntó la consellera, que también quiso dar una visión positiva de los que lo intentan de manera reiterada. «Cuando tienen una recaída y vuelven es que de verdad quieren dejarlo», apuntó. «Las recaídas forman parte del proceso», insistió Lloves.
La responsable del servicio destacó que cada vez es más complicado separar a los usuarios en función de la sustancia a la que están enganchados porque «cada vez hay más policonsumo». En este sentido, aseguró que los heroinómanos suelen consumir también cocaína y los cocainómanos y los adictos al juego acostumbran a abusar también del alcohol. Además, detalló que el 80 por ciento de los usuarios del CAD son hombres, patrón que se repite en los adictos a todas las sustancias que se encuentran en tratamiento.
Más de un año con metadona
Marina Lloves explicó que en los últimos años se ha detectado un repunte en el número de atendidos por heroína, aunque destacó que el perfil de estos adictos ha cambiado: «La mayoría de ellos consumen la heroína fumada o aspirada, no por vía intravenosa, como nos encontrábamos hace años. Eso significa que se han reducido los diagnósticos de VIH entre los heroinómanos». Un total de 342 de los 368 atendidos por consumo de heroína siguieron durante 2008 un tratamiento con metadona. El 64 por ciento de ellos llevaban más de un año acudiendo a la farmacia a recibir esta sustancia para intentar dejar la heroína.
La responsable del CAD apuntó a un descenso en la edad media de las personas que piden ayuda para dejar el alcohol. «Cada vez la gente es más consciente del problema que supone el alcohol y pide ayuda antes», explicó. Todo lo contrario ocurre en el caso de los consumidores de cocaína: en 2006 la edad media de los que intentaban dejarla era de 32, mientras que en 2008 fue de 34 años.
Un total de 23 personas pidieron ayuda para dejar el cannabis. «Es la droga ilegal más consumida, pero no la que tiene más demanda de tratamiento. Eso sí, ha registrado un incremento importante respecto al año pasado, un 76,9%», explicó Lloves. La responsable del CAD detalló que los consumidores habituales de esta sustancia «sólo piden ayuda cuando les causa algún problema, generalmente complicaciones psiquiátricas, o cuando el consumo excesivo les incapacita para su vida diaria». Lo mismo ocurre con los consumidores habituales de drogas de diseño, que son los que piden ayuda a una edad más temprana (la media se sitúa en los 28 años).
Marina Lloves explicó que el año pasado nueve usuarios del Centro de Atención a las Drogodependencias ingresaron en la unidad de Psiquiatría del hospital Can Misses para un tratamiento de desintoxicación. Además, otras 14 personas fueron enviadas a comunidades terapéuticas del Govern balear para seguir tratamientos específicos: cinco por alcohol, ocho por heroína y uno por cocaína. «No solemos enviar a mucha gente a centros cerrados porque pensamos que es mucho mejor que sigan los tratamientos sin variar su entorno», señaló.
9 en centros de desintoxicación
El año pasado el Centro de Atención a las Drogodependencias envió a nueve personas a desintoxicarse a la unidad de Psiquiatría del hospital Can Misses, según su responsable.