Legisladores bolivianos, tanto del Gobierno como de la oposición, expresaron su inquietud ante una posible presencia de «narco-empresas» en ese país, como otra forma de lavado de dinero que utilizan los grandes carteles de narcotraficantes, publicó el diario El Mundo.

Según el periódico de Santa Cruz, esta versión tiene origen en una investigación que realizó la DEA tras la captura de Carlos Noel y Héctor Buitrago, primos del capo del narcotráfico en Colombia, Martín Llanos, jefe de las Autodefensas Campesinas del Casanare, y quien conformó en Bolivia un imperio criminal dedicado a actividades de tráfico de drogas hasta narco-empresariales.

Ante tal realidad, diputados de oposición solicitaron que los organismos de seguridad y del sistema financiero realizaran estudios minuciosos para determinar el origen de los recursos que se destinan para la creación de empresas vinculadas con actividades ilícitas, que sirven para lavar dinero, antes de que en el país se consolide la instalación de las narco-empresas.

«Aquí lo que se quiere son empresas que den beneficio y trabajo, pero si hay algunas que son fruto del narcotráfico, tendrían que intervenirse y cerrarse», señalaron los legisladores, quienes esperan que la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF) y la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcn) intervengan para evitar el fenómeno de Colombia en Santa Cruz, Cochabamba y La Paz.

Por su parte, el presidente de la comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, Juan Carlos Cejas (MAS), dijo que lastimosamente el tema del narcotráfico está generando un movimiento increíble de genialidad, incluso el parlamentario dijo saber que se exporta droga en «mocochinchi» (duraznos secos).

«Es lamentable que estas personas que se dedican a lo ilícito estén desprestigiando a nuestro país y para el lavado de dinero se dan miles de formas y en contra de ello hay una lucha frontal que la encabeza el gobierno», expresó.

EL PELIGRO VIENE DE COLOMBIA Martín Llanos, el ex «paramilitar», cuyo verdadero nombre es Héctor Germán Buitrago, buscó refugio hasta que se contactó con un antiguo socio colombiano, que según las investigaciones de la DEA le abrió las puertas en Bolivia.

Las primeras pistas sobre el capo de la droga colombiana en Bolivia se obtuvieron en el 2007, cuando se conoció una ruta para sacar droga que comenzaba en territorio nacional y terminaba en Europa. Aunque el modo de operar era el de una «normal» organización de narcos, hubo un dato que llamó la atención: la extraña migración de colombianos, de Meta y Casanare hacia Santa Cruz.

Pero sólo hasta el 2009, cuando los hermanos Carlos Noel y Héctor Fabio Buitrago salieron de la cárcel luego de cumplir cuatro años de prisión y viajaron a Bolivia, se cerró el círculo.

Carlos Buitrago Vega, el «Porre Macho», supuesto ganadero lideró a supuestos empresarios ganaderos y en sus declaraciones policiales habría negado su identidad y se identificó con un documento de Freddy Mauricio Rodríguez López, pero cuando lo enfrentaron a sus huellas dactilares acabó admitiendo quién era.

En su permanencia en Santa Cruz era dueño de ocho propiedades en Santa Cruz, y según las autoridades, cambiaba cada tres meses de identidad, tenía varios conductores de confianza y 20 vehículos para moverse, entre estos camionetas Hummer.

En la capital cruceña lo identificaban como a un «ganadero próspero colombiano y un extraordinario empresario», según cuentan los investigadores.