Expertos italianos han desarrollado un método para calcular el consumo de cocaína de una población mediante el análisis del agua de los ríos y los desagües de la ciudad, donde se pueden encontrar los restos sintetizados de la droga consumida.

La investigación ha sido realizada por especialistas del Instituto de Investigación Farmacológica Mario Negri de Milán, que ha analizado las aguas del Po, el río más largo de Italia.

Ettore Zuccato y Roberto Fanelli, del departamento de Sanidad y Ambiente del Mario Negri, dijeron hoy que la idea nació tras estudiar durante varios años la contaminación ambiental que causan los fármacos, lo que les llevó a intentar detectar otros tipos de sustancias con métodos similares a los ya utilizados.

Se optó por elegir la cocaína porque el cuerpo humano la convierte en un metabolito, la benzoilecgonina, que se expulsa a través de la orina y es relativamente fácil de detectar, explicaron.

«Quien utiliza esta droga, expulsa un 5 ó 6 por ciento a través de la orina cocaína pura y un 50 por ciento como metabolito», detalló Zuccato.

Mediante avanzados aparatos es posible detectar estos restos, que aunque en cantidades mínimas (se habla de «nanogramos» por litro, es decir la milmillonésima parte de un gramo) permiten calcular el consumo de la población de la zona.

Tras analizar las aguas del Po en la zona de Pavia, donde viven unos cinco millones de personas, los científicos constataron que circulan a diario los restos de unas 40.000 dosis de cocaína, muy por encima de las 15.000 que apuntaban las cifras oficiales.

El objetivo ahora es aplicar este método a otras drogas, como la heroína o el cannabis, aunque todavía se deben identificar las moléculas de estas sustancias más adecuadas para el examen.

Alto consumo en Italia

Los niveles de cocaína descubiertos en aguas residuales de una región de Italia sugieren que el consumo de esa droga es mayor de lo que se creía hasta ahora, según un estudio publicado por la revista «Environmental Health».

Esa conclusión está basada en el análisis de la orina detectada en ríos y aguas residuales (servidas) en el valle del Po, el mayor río italiano.

Según señalaron los científicos del Instituto Mario Negri de Investigaciones Farmacológicas de Milán, el método determinó que cada día se consumen unas 40 mil dosis de cocaína en el valle del Po.

Esa cifra contrasta con los cálculos oficiales para la región que señalan que sólo 15 mil personas han admitido el uso de la droga por lo menos una vez al mes.

Según Ettore Zuccato, el sistema utilizado se basó en el contenido de benzoilecgonine (BE) en las aguas residuales, porque esa sustancia está contenida en la orina de los que consumen cocaína.

El BE es un subproducto del metabolismo humano y no puede producirse mediante otros medios, según explican en el informe.