El Parlament aprobó el pasado 27 de febrero, con los votos a favor de CiU y el PP, prohibir la venta de bebidas alcohólicas de cualquier graduación y a cualquier hora a jóvenes de entre 16 y 18 años, que hasta ahora podían adquirir licores de menos de 23 grados entre las 8.00 y las 00.00 horas de la noche.

La medida, impulsada por el PP, contó con la oposición del PSC e ICV, partidos que descalificaron la propuesta, mientras que Esquerra se abstuvo al considerar que no resolvería el problema.

En concreto, el artículo sobre el consumo de alcohol de la Ley de Drogodependencias, que data de 1985, quedó redactado de la siguiente forma: «Ni en los establecimientos de venta y consumo de bebidas alcohólicas ni en otros lugares públicos está permitido vender ni suministrar ningún tipo de bebida alcohólica a los menores de 18 años».

Fuentes del departamento de Sanitat han destacado que la medida es «coherente» y que «deja la edad mínima en 18 años independientemente del horario».

Desde el PSC se considera «inútil» la propuesta para evitar el consumo prematuro de alcohol, al entender que esta medida no ha surtido efecto en la comunidad de Madrid, y que los menores de edad ya no pueden entrar en discotecas por la noche, por lo que no pueden consumir alcohol en esos locales.

Por su parte, desde ICV se recuerda que esta medida pretende «criminalizar» al colectivo de jóvenes, es «autoritaria» y trata el consumo de alcohol «como si fuera un problema de orden público», mientras que CiU y PPC consideran que la medida es positiva porque puede evitar una adicción prematura al alcohol.

Asimismo, las Juventudes de Barcelona son contrarias a la norma porque «las medidas prohibicionistas no son las más adecuadas» y porque entienden que «no será la solución».