Con más de dos décadas de experiencia asistiendo a jugadores compulsivos, actualmente Concha Santo Tomás presta apoyo psicológico a la Asociación Riojana de Jugadores de Azar en Rehabilitación (ARJA).

¿Qué hace que alguien pueda perder el control mediante los juegos de azar?

– Los jugadores compulsivos tienen un trastorno del control de los impulsos conocido como ludopatía. El afectado no es un vicioso, sufre un trastorno reconocido por la Organización Mundial de la Salud y, por tanto, debe ser tratado como cualquier otro enfermo que requiere un tratamiento especializado.

¿Hay algún grupo social más propenso a sufrir ludopatía?

– Afecta a mucha gente y últimamente estamos presenciando un incremento importante de jóvenes que realizan apuestas deportivas y juegan por internet. Antes se calculaba que costaba unos seis años hacerse ludópata, pero en el tema de las apuestas deportivas comprobamos cómo llegan a la ludopatía en cuestión de meses.

¿Tiene cura la ludopatía?

– Es un problema crónico, pero con el paso del tiempo decrece el impulso por jugar. Tenemos como ejemplo la adicción al tabaco: cuando dejas de fumar te acuerdas mucho más del cigarro que cuando llevas dos años sin fumar. Son adicciones crónicas que perduran toda la vida, pero que no llaman a la puerta tantas veces como cuando dejas de hacer algo. Un jugador compulsivo nunca puede recuperar la normalidad en el juego, al igual que un alcohólico rehabilitado no puede beberse una copa de champán en Nochevieja.