El número de adolescentes que en 2006 acudió a Proyecto Hombre para deshabituarse del consumo de cannabis creció el 13 por ciento respecto a 2005, pero eso no significa que se consuma más, sino que ‘la percepción de riesgo’ en las familias ha crecido y la sociedad está más concienciada.
Esta es la principal conclusión del estudio sobre el perfil del menor atendido en Proyecto Hombre en 2006, realizado sobre una muestra de 1.362 familias y 891 adolescentes de entre 14 y 23 años.
Durante la presentación del estudio, el presidente de la Asociación Proyecto Hombre, Albert Sabatés, explicó que el trabajo conjunto entre la sociedad civil, la Administración y los medios de comunicación está consiguiendo que la sociedad esté más y mejor informada de los riesgos que conllevan las drogas.
Por el contrario, advirtió, el alcohol sigue siendo un ‘problema general’ entre los jóvenes ‘porque se trata de un consumo muy normalizado’ y con arraigo cultural, por lo que recomendó ‘trabajar a fondo cuanto antes en la prevención del alcoholismo entre los jóvenes, aunque no pidan ayuda’.
Según el estudio de Proyecto Hombre, entre los adolescentes que han acudido a esta ONG, la edad media de iniciación al consumo de alcohol es de 13,5 años, seguida del cannabis (14 años), la cocaína (15,2) y la heroína (16).
Además, el 60 por ciento de los jóvenes que demandaron tratamiento en Proyecto Hombre consumían principalmente cannabis (aunque la mayor parte de ellos también tenían problemas con el alcohol y la cocaína), y el 36,8 por ciento era adicto a la cocaína.
No obstante, el estudio precisa que entre todos los centros de Proyecto Hombre que hay distribuidos por España, los adolescentes no siempre demandan un tratamiento por consumir el mismo tipo de drogas, sino que hay grandes diferencias por comunidades autónomas.
Así, en regiones como Madrid, el 18 por ciento de los adolescentes en tratamiento consumían disolventes, mientras que la mayor parte de los jóvenes tratados en Cataluña (el 62 por ciento), Murcia (58 por ciento) y Baleares (50 por ciento) tenían problemas con la cocaína.
La heroína, por el contrario, es una sustancia que origina muy pocos tratamientos en Proyecto Hombre.
Al respecto, la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Carmen Moya, explicó que, en comparación con la UE, España está a la cola del consumo de heroína, en la media del consumo de cannabis (sólo por delante de la República Checa y Francia), y a la cabeza del consumo de cocaína, junto al Reino Unido.
En cuanto al perfil de estos menores, el estudio precisa que el 80,5 por ciento eran varones y el 19,5 por ciento mujeres; la edad media de los adolescentes atendidos en los centros de desintoxicación de Proyecto Hombre era de 17,4 años, y ‘la mayoría de ellos se habían iniciado en el consumo de drogas legales como el alcohol y el tabaco’.
Además, el 53 por ciento de los jóvenes estaba realizando algún tipo de estudios, el 22,4 por ciento trabajaba y otro 23 por ciento no tenía ninguna ocupación específica.
Si se analiza el consumo de drogas por la situación familiar tampoco hay un patrón estándar, porque hay adolescentes procedentes ‘de todos los estratos sociales’ y de todas las nacionalidades, porque es un problema ‘muy plural’ y repartido socialmente, según Carmen Moya.