El consumo de alcohol en España ha ido experimentando un descenso «lento pero progresivo» en las últimas décadas, sobre todo debido al menor consumo de vino, según datos incluidos en una investigación realizada por expertos del Instituto de Estudios de Alcohol y Drogas de la Universidad de Valladolid, al que tuvo acceso Europa Press.

Según este estudio, los españoles han pasado de forma progresiva de una ingesta de alcohol de 10,5 litros por habitante y año en 1963 a una cantidad de 9,6 litros en 2002, con un pico máximo de 13,7 litros en 1973. Estas cifras contrastan con niveles de ingesta inferiores a nivel mundial, donde no obstante también se ha ido rebajando el consumo per cápita hasta alcanzar los 6,7 litros en 1999.

Los autores atribuyen estos resultados a una «internacionalización en las pautas del consumo de alcohol» que se traducen en un descenso del consumo diario y un aumento del semanal, lo que supone la integración en las tendencias que ya han experimentado otros países europeos.

Los investigadores analizan en detalle la ingesta de alcohol los años 1993, 1995 y 1997, basándose en datos de la Encuesta Nacional de Salud y comprobando que la frecuencia de consumidores diarios de alcohol se rebajó en 1995 y 1997 con respecto a 1993, lo que se correspondió con un aumento de la frecuencia de consumidores semanales en los años 1995 y 1997 respecto a 1993.

En lo que respecta a la cantidad de alcohol consumida (gramos/día de alcohol absoluto), no varía entre los bebedores diarios (40-42), pero sí disminuye en los bebedores semanales de 1993 (28) con respecto a los de 1995 y 1997 (22). Además, tanto el consumidor semanal como diario es más frecuente entre los hombres que entre las mujeres y el consumo semanal es más frecuente en los grupos de edad más jóvenes, desplazándose la mayor frecuencia de consumo diario a los grupos de edad media en los tres años.

UNA DOSIS DIARIA ELEVADA

Asimismo, el estudio, publicado en el último número de la revista «Adicciones», mostró una disminución del porcentaje de bebedores excesivos entre 1993 y 1995/1997. Sin embargo, cabe señalar que todavía una cuarta parte de la población mayor de 16 años bebe alcohol todos los días en alta cantidad (40,73 gramos/día), de los cuales cerca de uno de cada 5 lo es de riesgo alto.

Sin embargo, estos datos contrastan con los reflejados en las Encuestas Domiciliarias sobre Uso/Consumo de Drogas en la Población General de 1995 a 2001 que indican un aumento de 3 y 2 puntos de 1997 y 1999, respectivamente, a 2001 (15,3 por ciento) en el consumo de alcohol. Estas tendencias se explican al aumento de consumo de esta tipo de bebidas en mujeres de todas las edades y entre los varones más jóvenes (15-24 años).

El estudio concluye que aunque en España se ha observado un descenso de bebedores diarios, ha aumentado el número de bebedores semanales a expensas de los más jóvenes debido al llamado «botellón» que implica una tendencia de consumo centrada en el fin de semana con cantidades que muchas veces llevan a la intoxicación.

Los expertos advierten de la relación que existe entre el consumo de alcohol, de amplio arraigo social en la sociedad española, y la frecuencia y gravedad de cirrosis hepática, determinados cánceres, accidentes, síndrome alcohólico fetal o accidentes cerebrovasculares.

En España la estimación de mortalidad atribuible al consumo de alcohol en 1995 fue de 12.271 fallecidos, un 3,5 por ciento del total de defunciones que se produjeron ese año, siendo por cirrosis y por otras enfermedades del hígado el 39,34 por ciento del total de las muertes atribuibles.