Once de cada cien militares españoles consumen drogas prohibidas, según los últimos estudios sobre drogadicción realizados por el Ejército de Tierra, que consistieron en someter a soldados y mandos -incluidos los oficiales de alta graduación– a análisis de orina por sorpresa. No obstante, este porcentaje es cuatro puntos inferior al anterior control y unos nueve por debajo del conjunto de la población. El citado estudio reveló que el cannabis y la cocaína son las sustancias preferidas por la milicia.

Los primeros controles fueron realizados en mayo entre efectivos de la Región Militar Centro, que comprende las unidades desplegadas en Extremadura, Madrid, Castilla la Mancha y Comunidad Valenciana. Según fuentes castrenses, estas personas fueron seleccionadas de forma aleatoria y se les garantizó el anonimato, pues el objetivo de la muestra era sólo «estadístico».

Por sorpresa

Según este oficial, los afectados no supieron nada de la iniciativa hasta el día de las pruebas, cuyo resultado reveló que el 11% de ellos consumió estupefacientes en las semanas anteriores. La droga más detectada fue el cannabis, consumida por el 50% de los que dieron positivo en los controles. Del resto, el 43% dio positivo por cocaína; el 3% por anfetaminas y el 1% por sustancias de las llamadas comúnmente opiáceos (heroína, morfina, metadona, etcétera).

Los responsables del estudio mantuvieron en secreto los resultados y seis meses más tarde -hace pocos días- realizaron otro control aleatorio y por sorpresa para observar si las cifras se mantenían. El porcentaje de positivos fue, según uno de los responsables, «el mismo» pero con la particularidad de que, al cruzar los datos de ambas pruebas, los expertos observaron que la inmensa mayoría de los soldados que habían hecho las dos y dado positivo en la primera, daban negativo en la segunda.

Esta circunstancia y el hecho de que los positivos sean menos que en estudios anteriores -antes superaba el 15%- es, para quienes combaten la drogadicción en el Ejército, una prueba de la «efectividad» de su trabajo.

Dentro del Programa de Prevención de Drogodependencias del Ejército, se forman cada año a «mediadores» para que disuadan a los soldados de que consuman drogas. De hecho, la División de Inteligencia de la Región Militar Centro recibió hace unos días la orden de formar con urgencia a 15 de estas personas para ser enviadas a Irak, con la brigada «Extremadura XI», que constituirá a partir del 15 de diciembre el grueso del contingente español allí desplegado.

Los mandos están preocupados porque los soldados dispondrán allí de «mucho tiempo libre» y quieren alejarles «del bar» y de los ambientes que faciliten el contacto con las drogas o su adquisición en el mercado clandestino.