El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) se ha manifestado frontalmente en contra de una campaña lanzada por empresarios, consistente en recoger firmas de clientes para forzar la no aplicación de la Ley del Tabaco en lo relativo a la separación física de las zonas de fumadores, sustituyendo esta condición por los dispositivos de ventilación.

Los profesionales sanitarios se amparan en ciertos estudios, algunos de ellos promovidos incluso por los propios empresarios de este sector tecnológico, en los que se concluye que tales sistemas no impiden la contaminación ambiental por humo de tabaco. De ahí que exijan que se cumpla la ley tal como ésta indica, es decir, con una compartimentación física del espacio reservado para fumadores.

En opinión del CNPT, la alternativa basada en los procedimientos de ventilación (conocidos en el argot del sector como papeleras o cortinas de humo) que los hosteleros de alguna comunidad autónoma han decidido incorporar a sus negocios amparándose en interpretaciones laxas de la ley, no concuerda “ni con el espíritu ni con la letra” de ésta.

Como recuerda esta Agrupación, “tal como está redactada la ley en sus artículos 8.1 b) y 8.1.c), en ningún caso se permite instalar cortinas de aire como método de separación de zonas, por lo que los responsables de estos locales tienen dos opciones: o hacer una separación física y completamente compartimentada, es decir, un tabique con puerta de acceso, o bien no permitir fumar en todo el local”.

Además, esta organización señala que la ley fue aprobada en diciembre de 2005 año por el Parlamento y tiene carácter básico, lo que significa que obliga a todas las comunidades autónomas y que ninguna de ellas puede aprobar a su vez decretos que desvirtúen su contenido.

Entre los dictámenes sobre la falta de eficacia de los métodos propuestos por grupos de hosteleros, el CNPT destaca los realizados por la Organización Mundial de la Salud, la Sociedad Americana de Ingenieros de Calefacción Refrigeración y Aire Acondicionado, el Cirujano General de Estados Unidos (la máxima autoridad sanitaria en este país, equivalente a los ministros de sanidad europeos, difundió recientemente un informe demoledor al respecto) y los propios fabricantes de estos sistemas.

«Todas los estudios sobre el particular, incluidos los realizados por el sector implicado, han determinado que los mejores sistemas de ventilación y desionización sólo son capaces de eliminar el 30 por ciento de las partículas tóxicas del humo de tabaco, y que se muestran del todo ineficaces para eliminar las sustancias volátiles, que son precisamente las más peligrosas para la salud», explican los expertos en tabaquismo.

Por otra parte, la alusión a que estos dispositivos de ventilación incorporan tecnología de la NASA, les parece “desternillante”. Su criterio es que los institutos y entidades que avalan afirmaciones como ésta “no tienen la menor credibilidad en la materia y no son más que invenciones generosamente estimuladas por la industria tabacalera, que es la verdadera interesada en que se difundan despropósitos como éstos para que fracasen las iniciativas legales contra el tabaco”. De hecho, sostienen que “hay pruebas documentales” de que determinadas empresas relacionadas con la calidad del aire están vinculadas con las grandes firmas tabaqueras.