La metilendioximetanfetamina (MDMA) o éxtasis puede estar implicada en la inducción de enfermedades neurológicas como el Parkinson, según se ha expuesto en un curso de verano de la Universidad de Barcelona (UB). Esta sustancia resulta especialmente dañina en los ambientes cálidos de 27 y 28 grados centígrados, según ha indicado Jordi Camarasa, catedrático del Departamento de Farmacología y Química Terapéutica de la UB.

Los estudios presentados por Camarasa y Elena Escubedo, del mismo centro, confirman este efecto. En una segunda fase, los investigadores pretenden demostrar también que la toxicidad del éxtasis es más lesiva si cabe cuando se asocia a otras drogas como cocaína, alcohol, nicotina o cafeína. La idea es frenar el proceso de pérdida o muerte neuronal en estos casos y encontrar la vía terapéutica.

Los científicos, que han participado en el curso Enfermedades neurodegenerativas: del laboratorio a la práctica, coinciden en señalar que poco a poco se conocen mejor los mecanismos del daño axonal implicado en la neurodegeneración.

Por su parte, David Pubill, farmacólogo de la UB, ha comentado que las drogas de abuso alteran asimismo la transmisión normal de la información en el cerebro, provocando desequilibrios en diferentes neurotransmisores.

Algunas de ellas pueden provocar reacciones homeostáticas del cerebro y ocasionar lesiones neuronales de reversibilidad y gravedad variables. El éxtasis se encuentra a medio camino entre la anfetamina y los alucinógenos. Sus efectos conocidos son el aumento de la intimidación y la empatía y provoca sensaciones placenteras falsas.

La alteración de la percepción del tiempo y de la concentración, repercusiones anorexígenas, insomnio o hipertermia son otras consecuencias. Las complicaciones que puede suponer en clínica son el fallo renal y hepático, la taquicardia, el paro cardiaco, convulsiones y hemorragia cerebral. Igualmente, junto a la hipertermia y el golpe de calor, incrementa la toxicidad serotoninérgica, y la excesiva sudoración y consiguiente ingesta de agua puede comportar desequilibrio electrolítico.

Otros efectos

Los efectos comprobados en modelo experimental de rata son la pérdida elevada de transportadores de serotonina, la recuperación parcial a las 16 semanas (córtex frontal) y prácticamente completa de algunas áreas a las 52 semanas. Se origina asimismo una depleción importante de serotonina y de la maquinaria enzimática para fabricarla, además de una regulación inicial a la baja de receptores de serotonina.

En modelos de primate no humanos ha sido evidente la disminución de transportadores de serotonina de máxima duración.

«Las sustancias de abuso comportan desequilibrios neuroquímicos que pueden o no ocasionar a largo plazo algún tipo de neurodegeneración», ha subrayado Camarasa. Así se ha demostrado tanto en animales de laboratorio como en humanos, «con derivados anfetamínicos como el MDMA y la metamfetamina que provocan lesiones en el sistema serotoninérgico y dopaminérgico».

La gravedad y consecuencias de estas lesiones dependen de numerosos factores ambientales. «En 15 ó 20 años las evaluaciones de estas alteraciones serán más evidentes desde el punto de vista clínico y científico», ha añadido el farmacólogo de la UB.

Problema de salud

El Alzheimer ha pasado de considerarse una enfermedad inflamatoria e inmune a neurodegenerativa. Con los años, la neurociencia y la farmacología bioquímica sacarán a la luz las piedras angulares de numerosos procesos neuroquímicos. Los estudios sobre neurodegeneración de las toxicomanías de los científicos de la UB se complementan con el trabajo en equipo con especialistas del Hospital del Mar y del San Juan de Dios, de Barcelona, dado que aquí es donde se trata a una gran parte de los jóvenes y adolescentes que consumen esta droga.

«Es urgente poner en evidencia este grave problema de salud y su punto de conexión con el Parkinson y se ha de educar con más insistencia, sobre todo cuando se asocia alcoholismo o consumo de otros tóxicos», ha señalado Jordi Camarasa. El cannabis y la cocaína pueden ser tóxicos en la medida en que interaccionan con la MDMA y la potencian.