¿Qué porcentaje de sus pacientes son fumadores?
– En torno a una 60 por ciento, cuando se calcula que la población fumadora no ronda el 30.
¿Es más o menos que hace unos años?
– Está aumentando porque la prevalencia de las patología relacionadas con el tabaco crece, en especial las dos más importantes, tanto el cáncer de pulmón como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
¿Por qué aumenta si, en teoría, se fuma menos que antes?
– Es verdad que las tasas de tabaquismo están descendiendo, pero hasta que el paciente queda libre del riesgo de enfermedad pueden pasar quince o veinte años. No es dejar de fumar y ya está… La EPOC, por ejemplo, es la quinta causa de muerte del mundo y es la única de entre las cinco cuya prevalencia está aumentando, por lo que en unos años pasará a ser la tercera
Pero sí existe la sensación de que en otros tiempos se fumaba más y había menos enfermedades relacionadas con el tabaco.
– Ha cambiado la forma de fumar. Lo que fumaban nuestros abuelos era, en general, tabaco de liar, en boga ahora también por motivos económicos. Por eso, se fumaba bastante menos que ahora, que el pitillo con filtro es mayoritario.
En todo caso, a medio plazo podría haber menos enfermos crónicos por este motivo
– En países desarrollados, probablemente sí, pero en los demás no, porque lo que se fuma en algunos de ellos es tremendo.
La conocida como ley antitabaco ¿ha servido para que haya más gente que quiera dejarlo?
– Es cierto que cada día acude más gente a las consultas pidiéndonos consejo para dejar de fumar. En cuanto a la Ley, hasta el momento ha sido insuficiente. Somos partidarios de un endurecimiento de la norma.
¿Cuál es el cuadro típico que presenta un paciente que necesita de sus servicios?
– A neumología llegan pacientes ya con enfermedad. aunque sea en sus primeros estadíos. Es en estos niveles es cuando más se puede hacer por ellos y es cuando el dejar de fumar es más efectivo. En un caso avanzado, aunque el paciente deje de fumar, los efectos de este abandono no son tan evidentes.
¿Como hace para tratar de convencerles de que dejen de fumar?
– Hablándoles muy claro. En determinadas enfermedades puedes hacer cálculos de supervivencia. Les dices, por ejemplo, “tienes 55 años y tu posibilidades de seguir con vida si sigues fumando es de cuatro o cinco años, tú veras lo que haces”.
¿Y como reaccionan?
– Hay de todo. Gente que me dice cómo puedo decirle esas cosas y hay quien se mantiene en sus trece y asegura que no va a dejarlo, incluso con enfermedades muy graves.
Y los que están dispuestos, ¿seguirán un tratamiento?
– Es especializado y van allí los pacientes a los que el consejo médico ya no les es suficiente y pensamos que necesitan un tratamiento farmacológico, que es eficaz.
¿Los psicólogos también juegan un papel importante en estos casos?
– Ahora se tiende a tratamientos combinados, con presencia también de psicólogos. El tabaco hay que tomarlo como una adicción y hay que hacer un seguimiento muy intenso del paciente durante los dos o tres primreros meses, tanto presencial como telefónico, para que vean que nos estamos preocupando por él.