España ocupa el sexto lugar en consumo de éxtasis de la UE y es en el continente europeo donde se consume el 60% del volumen mundial de esta droga, según el informe del año 2002 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la ONU.
Al presentar ayer este informe en Madrid, el delegado del Plan Nacional Sobre Drogas (PNSD), Gonzalo Robles, indicó que por delante de España en la Unión Europea están Reino Unido, Holanda, Bélgica, Alemania y Francia y que el aumento de consumo experimental en España que cita la JIFE en su informe es «un pequeño repunte no significativo».
El resumen 2002 de la JIFE se detiene, además, en la doble injusticia que el narcotráfico internacional comete con los países en vías de desarrollo. Como productores principales de heroína, cocaína y otras sustancias narcóticas, apenas perciben por ingresos agrícolas el 1% de los flujos millonarios de dinero que mueve la droga. El 99% se queda en los países consumidores y a lo largo de la cadena de distribución.
Los cultivadores sufren además los efectos más perversos del principal tráfico ilícito mundial, junto con la venta ilegal de armas. La JIFE recuerda que países como Colombia, Afganistán y Laos acusan serios conflictos sociopolíticos; violencia y fenómenos guerrilleros; campa la corrupción institucional; se desincentiva el desarrollo económico en sectores saneados y legales, y, además, acaba por extenderse el consumo entre la propia población.
Según los expertos de Naciones Unidas, un aumento del 2% en la ayuda mundial al desarrollo bastaría para compensar el déficit provocado por la sustitución de cultivos de amapola y coca. También, la supresión de las barreras arancelarias de los países consumidores a los productos, agrícolas o de otro tipo, legales de los estados productores, a los que la comunidad internacional pide esfuerzos de lucha contra las drogas sin apenas contrapartidas.
Por otro lado, la JIFE afirma su preocupación porque el cultivo ilegal de adormidera sigue estando muy extendido en Afganistán y porque el problema en este país no se limita sólo a los opiáceos.
Cultivo de opiáceos
Además y sobre esta ultima droga y su cultivo legal para uso médico que se lleva a cabo en España, la JIFE pide que se ajuste este cultivo a las necesidades reales. España, explicó en este sentido Gonzalo Robles, tiene autorización para cultivar 6.000 hectáreas, pero ante el aumento de la demanda internacional ha incrementado estos cultivos hasta casi 8.000 hectáreas. Por todo ello, ya se ha solicitado ampliar el cultivo hasta las 8.000 hectáreas, una vez que las previsiones para 2002 se han quedado cortas.