Dos años después de finalizar un programa de tratamiento, las personas con dependencia alcohólica moderada o grave siguen mostrando una elevada reactividad ante estímulos relacionados con el alcohol y están en riesgo de recaída. Así lo refleja un estudio liderado por el Servicio de Psiquiatría del Hospital público 12 de Octubre, en colaboración con la Universidad Miguel Hernández. El trabajo, publicado en Frontiers in Psychiatry apunta a la necesidad de revisar tanto la duración como el enfoque de los tratamientos actuales implementando los programas de apoyo a la recuperación.

El Dr. Gabriel Rubio, jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital 12 de Octubre y catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid, señala que es posible evaluar la presencia de ciertos marcadores biológicos de la adicción; entre ellos, en este estudio, se ha tenido en cuenta la respuesta al cortisol cuando los pacientes observaban imágenes relacionadas con el alcohol. “Es sabido que el cortisol es una hormona que el cuerpo libera en situaciones de estrés. Los resultados indican que la reactividad hacia las imágenes de alcohol y los niveles de cortisol antes y después de su visualización no se modifican significativamente ni siquiera tras años de abstinencia” explica el doctor Rubio, para quien “este tipo de respuesta ocurre de forma automática, sin necesidad de que la persona tenga deseos conscientes de beber” explica el Dr. Rubio.

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